16 junio 2008

FRUSTADO, INCOMPRENDIDO Y CELOSO DE OBAMA: ASI SE MUESTRA BUSH EN SU GIRA POR EUROPA...

Gerard Baker / Tom Baldwin 20:37 - 16/06/2008
Cruzando vertiginosamente el Atlántico a más de 500 millas por hora, el presidente Bush se impacienta por demostrar que todavía importa. Tanto dentro como fuera de EEUU, todas las miradas se dirigen ya al joven de color que podría sucederle, el candidato demócrata Barack Obama.

En el que probablemente sea su último viaje a Europa, Bush se toma su tiempo para sopesar los éxitos (y admitir algunos fallos) de su mandato, delatando síntomas de remordimiento ante su mala reputación en el mundo, con la sensación de que la gente no comprende realmente los retos a los que se enfrenta todo presidente desde el Despacho Oval.

Respecto a las grandes cuestiones (Irán, el cambio climático, el comercio), asegura que ha existido convergencia entre EEUU y los gobiernos europeos en los últimos cuatro años. Sin embargo, parece frustrado por el hecho de que América no reciba más crédito por sus buenas obras y rechaza las encuestas que indican que él en particular y EEUU en general son considerados en Europa como una "fuerza para el mal".

Irak y el cambio climático
Siete años después de su primer viaje a Europa, una época que ha incluido algunos de los peores momentos en las relaciones transatlánticas modernas, Bush reflexiona sobre el follón de Irak y el desacuerdo respecto al cambio climático que "crearon consternación". Ahora asegura que se han "dado cuenta de que existen cosas en común respecto al clima y debemos trabajar juntos".

En esta segunda visita Eslovenia, comparado con su primera visita, hasta las protestas se habían disipado. Gran parte de la ira es agua pasada, tanto como su mandato. En la cumbre con la UE, uno de los puntos principales de la agenda fue la forma en que EEUU utiliza el cloro para limpiar las aves. El halcón que metió al mundo en la última guerra ha acabado hablando sobre gallinas.

Últimamente, el lenguaje de Bush es mucho menos discordante y más conciliador de lo que fue. Su humor pasa por la auto-desaprobación. Hablando de los peligros del proteccionismo y el aislacionismo, recuerda que abordó estas cuestiones en su discurso sobre el estado de la unión en 2006, "que seguro que usted habrá memorizado".

Cambio de tono
Pero el cambio más llamativo en el tono tiene que ver con su manera de abordar los temas internacionales más inminentes. Sobre la amenaza de un Irán con armamento nuclear, ya no suena al salvaje unilateralista inclinado hacia la acción militar. Al contrario, ataca a sus críticos por no ser suficientemente multilateralistas. Sugiere que la propuesta de Obama de hablar directamente con el presidente iraní socavará la esmerada diplomacia de la que Bush ha sido el precursor en los últimos años. "Creo que cuando las personas lleguen y evalúen lo que funcionará y lo que no en las relaciones con Irán, comprenderán la sensatez de no contar sólo con nuestros amigos y aliados de Europa en la mesa, sino también con China y Rusia".

E insiste en que su plan pasa por dejar un legado diplomático no sólo respecto a Irán, sino en todas las crisis internacionales actuales. "Mi objetivo en lo que resta de mandato es dejar tras de mí una serie de estructuras que faciliten al próximo presidente abordar los problemas con los que se va a enfrentar. Por ejemplo, las conversaciones a seis en el Lejano Oriente, las relaciones con Corea del Norte, el marco de trabajo multilateral iraní y, ojalá, un Estado palestino definido por Israel y los palestinos".

Se mantiene en su política 'invasora'
Por supuesto, defiende su decisión de invadir Irak hace cinco años, aunque aquella arrogancia y el rechazo de las críticas por su falta de validez ya se han evaporado, y reconoce que la diplomacia debería haber sido gestionada mejor. "Verá, creo que retrospectivamente podría haber empleado un tono diferente". Sin embargo, lo que la mayoría de la gente "no sabe es lo doloroso (al menos para mí) que ha sido poner a jóvenes en peligro", asegura.

"Una de las historias nunca contadas de Irak es que estudiamos mucho la vía diplomática porque todos queríamos resolver el 'informa, desarma o enfréntate a serias consecuencias' de manera diplomática. Después de todo, me dirigí al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas".

Aunque en los últimos meses se observa una brusca reducción de la violencia, sobre todo en Irak, donde en mayo se produjeron menos víctimas americanas que en cualquier otro mes de los últimos cuatro años, Bush sólo expresa un optimismo prudente y comedido.
Y no tarda en evitar reclamar las reivindicaciones. "No lo considero en términos personales. Lo veo como una confirmación de ciertas verdades fundamentales que son y serán necesarias para traer la paz".

'Celoso' de Obama
Bush parece ligeramente molesto de que se preste tanta atención a su sucesor y se ofende ante las preguntas repetidas sobre su opinión de los desafíos a los que podrá enfrentarse Obama o John McCain, el futuro candidato republicano. "Ustedes están increíblemente centrados en este tema", bromea. "No tienen remedio".

Tratándose de un presidente que ha nombrado a dos ministros negros, admite la significación histórica de la victoria de Obama en su carrera por la candidatura demócrata. Es "un símbolo de lo lejos que ha llegado América", afirma. "Habiendo dicho esto, va a ser importante que el pueblo estadounidense averigüe quién está capacitado para ocupar el cargo en el siglo XXI. Es un trabajo desafiante, que requiere tomar decisiones duras, un pensamiento claro y un grado de experiencia" sentencia el presidente George Bush.

Preocupado por el dólar
Bush ha divulgado un llamamiento en favor de la subida del valor del dólar en los mercados de divisas en señal de la creciente alarma oficial en Washington frente a los efectos de la caída del billete de la mayor economía del mundo.

En esta entrevista en exclusiva con The Times un día antes de la cumbre EEUU-UE que se celebró a principios de semana en Eslovenia, Bush ha expresado su preocupación por la continua debilidad del dólar y afirma que apoya la revalorización del tipo de cambio estadounidense. "Queremos que el dólar se fortalezca", explicó mientras cruzaba el Atlántico en el Air Force One de camino a la cumbre.

El presidente americano no sugirió que EEUU no está preparando respaldar su retórica sobre el dólar con ninguna intervención formal en los mercados de divisas, sino que "las evaluaciones relativas de las economías llevarán a ese fortalecimiento del dólar ".

Sin embargo, sus comentarios reflejan claramente la preocupación que existe en Washington ante el declive del billete verde, que se aceleró la semana pasada entre las noticias de un futuro debilitamiento de la economía estadounidense.

Paulson no descarta intervenir
En una entrevista difundida el lunes por la televisión americana, Henry Paulson, secretario del Tesoro de EEUU, hizo alusión a una inclinación creciente en Washington a apuntalar el dólar , explicando que "en ningún momento descartaría la intervención".

En un signo más de la preocupación oficial estadounidense, Bush adelantó antes de abandonar Washington que plantearía el tema económico y la necesidad de un dólar fuerte en la cumbre que le ha traído a Europa. Y añadió que Paulson abordaría la cuestión económica internacional en la reunión de los ocho ministros de Economía que se celebra este fin de semana en Japón. La divisa estadounidense se ha desplomado en más del 40 por ciento frente al euro en los seis últimos años, una situación que, aunque ha beneficiado a los exportadores estadounidenses y otorgado una mayor competitividad a los productos nacionales dentro del país, también ha contribuido a desatar presiones inflacionistas.

La Administración Bush y la Reserva Federal han sido muy criticadas en EEUU por no apoyar más al dólar. Los detractores sostienen que las reducciones del tipo de interés por parte del banco central durante los últimos nueve meses, diseñadas para salvar la economía de los efectos de la crisis financiera internacional, han empujado al dólar hacia una peligrosa caída libre. Aunque el Gobierno de Bush ha repetido en varias ocasiones que apoya un dólar fuerte, hasta el momento ha declinado cualquier medida directa para apoyarlo.

Visión de la crisis
Hace una semana, el Ministerio de Trabajo reconoció que el desempleo ha aumentado en 0,5 puntos en mayo, lo que supone el mayor aumento mensual en más de 15 años. Y en el mismo día los precios del petróleo registraban su mayor incremento en una jornada y las acciones caían en más del 3 por ciento. Sin embargo, en esta entrevista el presidente confía en que EEUU emergerá en buena forma de la crisis, aunque admitió que el panorama a corto plazo seguía siendo desafiante. "Somos una economía robusta y flexible. No hay duda de que estamos pasando por un momento difícil, al igual que otros países", añadió.

La semana pasada, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal, insinuó por primera vez que el banco central estaba preocupado por el debilitamiento del dólar y sugería la improbabilidad de que la Reserva Federal vuelva a recortar los tipos de interés próximamente. Bernanke suscitó especulaciones de que la Reserva Federal y el Tesoro estadounidense pudiesen intervenir sobre el dólar la semana pasada, al mencionar que estaba trabajando con el Tesoro para "formular políticas" que evitasen que el dólar siguiese cayendo más.

Kevin Logan, principal economista del banco neoyorquino de inversiones Dresdner Kleinwort, ha comentado que "existe claramente cierta unidad de propósito entre ellos y les preocupa seriamente la depreciación del dólar y las expectativas de inflación asociadas".

La última vez que Estados Unidos intervino en apoyo del dólar fue durante el Gobierno de Clinton. Paulson también ha indicado que Washington no tiene en estos momentos ningún plan de actuación para abordar el aumento del precio del petróleo.



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