15 junio 2008

LA ULTIMA VISITA DE BUSH A EUROPAS: "EL PATO COJO" YA SOLO CAUSA INDIFERENCIA....

George W. Bush y Nicolas Zarkozy durante una rueda de prensa conjunta en el Palacio de los Eliseos.

Por: EDU SÁNCHEZ (SOITU.ES)
Actualizado 15-06-2008 16:40 CET
Ni multitudinarias protestas, ni desplantes políticos, ni caras largas... George W. Bush se despide de la 'Vieja Europa' con una gira de perfil político bajo y rodeado de sus aliados más fieles. Es lo propio de un dirigente en su recta final, que como los patos cojos, decide abandonar la bandada y evitar ser una carga, con sus declaraciones o decisiones, para sus compañeros de partido (sobre todo a su posible sucesor republicano).

Horacio Villalobos (EFE)
Nada que ver con aquellos encuentros tensos y conflictivos con Chirac, Villepin o Gerhard Schröder. Ni con esas recepciones que obligaban a bloquear ciudades enteras. La despedida de uno de los presidentes norteamericanos más impopulares está pasando sin pena ni gloria por Europea. Ya lo anticipaba el diario francés 'Le Figaro' cuando hablaba de una visita que generaba "más indiferencia que pasión".

Es lo propio de un presidente al que ya sólo le queda restar días para su salida de la Casa Blanca. Un 'lame duck' ('pato cojo'), como se les conoce en Estados Unidos a esos políticos con fecha de caducidad que tratan de molestar lo mínimo posible, más cuando el partido -como es el caso- ya tiene decidido quien será su candidato para conservar el poder. Por eso quizá, Bush se ha ahorrado declaraciones polémicas, amenazas tajantes y acuerdos concretos. Incluso el varapalo judicial que le asestó el Tribunal Supremo sobre la legalidad de la prisión de Guantánamo no tuvo una contestación lapidaria y se limitó a admitirla a regañadientes.

La Casa Blanca ha diseñado al presidente norteamericano una minigira de despedida de Europa muy cómoda y sin sobresaltos. Además, han sido elegidas las paradas que más ponen en evidencia el cambio de rumbo que han sufrido las relaciones entre EEUU y el viejo continente en los últimos años. "Los lazos son más firmes y vibrantes que nunca", afirmó Bush, una vez superados los desacuerdos con la guerra en Irak. El dirigente estadounidense se ha encontrado con la canciller alemana, Angela Merkel, el presidente francés, Nicolas Sarkozy; y el Papa Benedicto XVI, entre otros. Y la sintonía ha sido plena y alejada de los desencuentros con los tres predecesores.

La atención la acaparan ahora Obama y McCain
Una de las razones de la placentera gira (que incluye, además de los citados países, a Italia, Eslovaquia y Reino Unido) es la pérdida de interés que genera ya George W. Bush, más después de que se diera el pistoletazo de salida al duelo Obama-McCain, del que saldrá su sucesor. Y en Europa, las preocupaciones están muy alejadas del rechazo que suscita el presidente republicano: las consecuencias de la crisis cada vez más acuciante, el 'no' irlandés al Tratado de Lisboa o la Eurocopa.

Sin embargo, parece que Bush se resiste a que le consideren un cadáver político. En la cena que le ofreció su anfitrión galo en el Palacio del Elíseo, Sarkozy quiso lanzar un halago a su "amigo George" que no pareció ser del agrado total del norteamericano. "Cuando la familia Bush mire hacia atrás, tendrá todas las razones para estar satisfechos", le dijo copa en en alto. "Agradezco su obituario", contestó entre risas, "pero me permito recordarle que no estoy de vacaciones hasta enero. Todavía hay muchas cosas por hacer".


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