07 junio 2009

RECUPERADOS 17 CADÀVERES DEL AIRBUS QUE CAYÒ AL ATLÀNTICO...

Equipo de rescate francés
Un AWACS francés tras regresar de una misión de reconocimiento.
AP - 07-06-2009

La tragedia del vuelo AF-447
La sombra y la tormenta
Los aviones entre Europa y Suramérica vuelan hasta tres horas fuera de radar
JUAN DIEGO QUESADA - Madrid - 07/06/2009

El piloto español Luis Lacasa volaba en mitad del Atlántico cuando se puso a pensar que 24 horas antes, seguramente cerca de donde se encontraba, el comandante del avión de Air France desaparecido luchó a las bravas por mantener el vuelo. “Me invadió una sensación terrible de soledad nada más cruzar el frente intertropical”, cuenta el piloto. Estaba dejando atrás una franja complicada, donde a menudo se crean lluvias fuertes y granizo. El Airbus desapareció en medio de una de estas violentas tormentas, justo en una zona de sombra del océano, donde el radar no concreta su posición. Dos factores que agrandan el misterio del vuelo AF-447.

Un piloto teme más un temporal al aterrizar que en pleno vuelo
El frente intertropical, por el que tienen que cruzar todos los aviones que se dirigen a América del Sur, crea una barrera de cumulonimbos, que son nubes verticales que suelen producir tormentas eléctricas y lluvias intensas, y pueden superar en algunos casos los 16 kilómetros de altura. Excede el techo operativo de los aviones. “Hay que atravesar ese frente. Normalmente no es una barrera compacta, sino que suele haber cielos despejados por donde puede pasar el avión”, dice Luis Lacasa, piloto de Iberia.

Lacasa, nuevo decano del Colegio Oficial de Pilotos de Aviación (COPAC), afirma que en el momento en el que él pasó había tormentas aisladas “muy fáciles de evitar”. Otro piloto, también con una gran experiencia en los vuelos a Suramérica, sostiene que es una ruta “en la que hay que prestar especial atención por la climatología”, pero en la que no debe haber en principio ningún problema. “En el plan de vuelo ves la meteorología que hay en la ruta y en los caminos alternativos. Si ves el frente muy activo cargas más combustible y te preparas”.
Los pilotos temen mucho más las tormentas cuando se encuentran con ellas en la aproximación a tierra. El 70% de los accidentes aéreos suelen producirse al aterrizar o al despegar, como el siniestro del avión de Spanair ocurrido en Madrid en 2008. “Es extraño que un vuelo caiga en aguas internacionales y fuera de radar”, dice Arturo Benito, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos.
Los radares tienen un alcance limitado y los aviones que cruzan el Atlántico sur se encuentran hasta tres horas “en sombra” (desde Fernando de Noronha a la isla de la Sal). El avión de Air France se encontraba en ese tramo cuando ocurrió la tragedia.
En general, aunque algunos creen que en pleno siglo XXI ya debería tenerse una cobertura total en el océano, muchos opinan que no representa mayor problema, pues las comunicaciones por radio son continuas y aplican lo que se llama la navegación estimada. Cada cierto tiempo, el piloto notifica el punto en el que está, la hora y la altura, y las dos posiciones siguientes.
El avión de Air France debería haber aparecido en las pantallas de los controladores del aeropuerto de Gando (Gran Canaria) tras salir de la zona de sombra. No lo hizo. Los investigadores franceses precisaron ayer que las condiciones meteorológicas no eran “particularmente excepcionales”.

Ese mismo día, el piloto de un avión de Air Comet que volaba de Lima a Madrid vio, a la derecha de la cabina, algo parecido a “un destello de luz que descendía vertiginosamente”. En tierra, al conocer la noticia de la desaparición del avión, pensó que podría tratarse del AF-447. En un informe que remitió a su compañía destaca que el “destello” tardó cinco o seis segundos en caer. Anotó también que en esa dirección se observaban tormentas eléctricas, mientras que ellos volaban por cielo despejado. El subdirector general de Air Comet, Fernando Gil, explica que toda esta información se ha puesto a disposición de los investigadores.

Un tripulante del vuelo IB-6024 de Iberia que aterrizó el lunes en el aeropuerto de Madrid procedente de Río de Janeiro estaba saliendo del aparcamiento de la T-4 con su coche cuando encendió la radio. El boletín informativo contaba que un avión de Air France había desaparecido en mitad del océano. Apagó de golpe la radio. Y recordó que, apenas 10 horas antes, se había cruzado con la tripulación de este vuelo en el hangar, a punto de embarcar. Se cruzaron unos saludos. “Nuestro avión [que volaba en teoría a pocos minutos de la cola del accidentado, a la misma altura y en el mismo pasillo aéreo] no tuvo ningún problema meteorológico. Había tormentas, sí, pero como un día cualquiera”, cuenta. No se explica qué pudo ocurrir en el vuelo que salió siete minutos antes que el suyo.
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La tragedia del vuelo AF-447
Los equipos brasileños han rescatado nueve cuerpos hasta el momento, cuatro hombres, cuatro mujeres y uno sin identificar.- Los demás fueron encontrados por una fragata francesa
ELPAÍS.com / AGENCIAS - Madrid / Río de Janeiro - 08/06/2009

Seis días después de que el avión desapareciera en el Atlántico, hasta el momento se han recuperado 17 cadáveres de personas que viajaban a bordo del Airbus de Air France que desapareció el pasado lunes cuando viajaba desde Río de Janeiro a París con 228 personas a bordo. Nueve de los cuerpos han sido rescatado por equipos brasileños (cuatro hombres, cuatro mujeres y uno aún por identificar). Los demás fueron encontrados por una fragata francesa.
Un Airbus A330-200 de la compañía Air France con 228 personas a bordo, desapareció el lunes de madrugada mientras sobrevolaba el océano Atlántico. - Mariano Zafra, Rodrigo Silva, Antonio Alonso, Guadalupe Cruz

El Ejército brasileño admite que ya no encuentra los restos del Airbus avistados los primeros días - AGENCIA ATLAS
Poco a poco los equipos de rescate van hallando más elementos tangibles de un vuelo enigmático, que se precipitó sobre las aguas del océano si que se sepa aún por qué y que había despegado de manera normal del aeropuerto de Río de Janeiro a las 0.19 del lunes (hora española). El teniente coronel brasileño Henry Wilson Munhoz ha informado de que "otros cuerpos han sido avistados" por los equipos de rescate que están en la zona en que ocurrió el desastre, donde permanecen en operaciones cinco buques y doce aviones brasileños, así como dos aeronaves y una fragata francesas.

Munhoz Wender también ha afirmado que "ya no hay duda de que todo lo que está siendo encontrado es del avión accidentado" ni de que "los cuerpos son de personas que estaban en ese aparato". Se esperaba que los cadáveres encontrados el sábado llegasen este mismo domingo a la ciudad brasileña de Recife, donde está uno de los puestos de comando de las operaciones y serán realizados los trabajos de reconocimiento.
Entre los restos hallados por ahora, el portavoz militar ha dicho que han sido recuperados "partes de las alas y de la estructura" del avión, "máscaras de oxígeno y otros cientos de objetos".
El avión transportaba 228 personas cuando en la madrugada del lunes se adentró un aérea que en Francia se conoce como el caldero negro, a medio camino en pleno mar entre América y África. Un lugar dentro de la franja intertropical, en la se formó una tormenta feroz con vientos fuertes, lluvia, granizo y nubes altas de 15.000 metros imposibles de sobrevolar por aparato en línea.

La búsqueda se concentra en torno a esa zona, en un radio de 220 kilómetros. El sitio del impacto se calcula en un lugar próximo a las islas de Sao Pedro y Sao Paulo, unos peñascos deshabitados situados a unos 704 kilómetros del archipiélago brasileño de Fernando de Noronha y a 1.296 kilómetros de Recife.

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