.- Se declara "horrorizado e indignado" y expresa dudas sobre su oferta de diálogo y negociaciones directas con la teocracia de Teherán.WASHINGTON. En una escalada apreciable de su medida retórica sobre la crisis en Irán, el presidente Barack Obama abrió ayer una rueda de Prensa en la Casa Blanca criticando abiertamente la represión post-electoral lanzada por la teocracia de Teherán. Hasta el punto de declararse "horrorizado e indignado" por las amenazas, encarcelamientos y toda la violencia desatada contra las fuerzas reformistas.
Obama también expresó ayer sus primeras dudas sobre su oferta de diálogo y negociaciones directas con el gobierno de Irán. Según el ocupante del despacho oval, "hemos planteado un sendero para que Irán se ponga en contacto con la comunidad internacional, se implique y forma parte de normas internacionales". Pero a su juicio, "lo que hemos estado viendo en los últimos días, las últimas dos semanas, obviamente no es algo esperanzador en términos de ese sendero".
El nuevo tono del presidente Obama se ha producido tras duras críticas de pasividad y timidez lanzadas tanto por la oposición iraní, algunos aliados internacionales y el Partido Republicano en Estados Unidos. Sectores que han reprochado a la Casa Blanca el dejarse llevar por cuestiones pragmáticas, en detrimento de una percibida falta de compromiso con fundamentales valores democráticos.
Durante su campaña presidencial, el candidato Obama argumentó que las extremas posiciones ideológicas de la Administración Bush y su negativa a negociar con Teherán solamente habían servido para incrementar el peligro de Irán. País con el que Estados Unidos no mantiene relaciones diplomáticas desde la revolución islámica y el derrocamiento del Sha en 1979.
En sus declaraciones de ayer, el presidente Obama reconoció que el régimen integrista de Irán ha violado reglas básicas de derechos humanos: "Hemos presenciado la punzante imagen de una mujer desangrándose hasta morir en las calles", en referencia al asesinato de la joven Neda. Pero a su juicio, junto a todo ese dolor "sabemos que aquellos que se levantan por la justicia están siempre del lado acertado de la historia".
Obama también afirmó que la crisis actual no es una cuestión privativa de Irán y Estados Unidos. Con reiteradas afirmaciones de que su gobierno "respeta la soberanía de la República Islámica de Irán y en absoluto interfiere dentro de sus asuntos internos". Para el presidente, resulta evidente que "el pueblo iraní tiene derecho a manifestarse y a la libertad de expresión" y si su actual gobierno "aspira a ganarse el respeto de la comunidad internacional, tiene que respetar esos derechos y escuchar el deseo de su propio pueblo".
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