07 junio 2009

CAMBIA LA IMAGEN EXTERIOR DE EEUU...

De izq. a der.: el mandatario estadounidense Barack Obama, haciendo el saludo militar, camina al lado del príncipe Carlos de Inglaterra; el primer ministro británico Gordon Brown; el premier canadiense Stephen Harper, así como el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.
Barack Obama (izq.) saluda al veterano de guerra Rene Mendiondo, de Francia, tras ser condecorado como Oficial de la Legión de Honor en el Cementerio Americano, en Francia. La popularidad internacional del presidente aumenta.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saluda a su paso por el Cementerio Americano en Normadía, en Colleville-sur-Mer, Francia. [Fotos: AP]


La reciente gira de Obama por diversas naciones confirma que la nueva relación del país con el mundo se va modificando en forma y fondo
Pilar Marrero
2009-06-07

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, saluda a su paso por el Cementerio Americano en Normadía, en Colleville-sur-Mer, Francia. [Fotos: AP] Barack Obama (izq.) saluda al veterano de guerra Rene Mendiondo, de Francia, tras ser condecorado como Oficial de la Legión de Honor en el Cementerio Americano, en Francia. La popularidad internacional del presidente aumenta. De izq. a der.: el mandatario estadounidense Barack Obama, haciendo el saludo militar, camina al lado del príncipe Carlos de Inglaterra; el primer ministro británico Gordon Brown; el premier canadiense Stephen Harper, así como el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.
En apenas una semana, dos aspectos clave de la política exterior estadounidense dieron un giro de 180 grados y el presidente Barack Obama volvió a demostrar que está determinado a seguir un curso diferente, no sólo al anterior gobierno, sino a la constante historica de Estados Unidos en décadas.
Incluyendo la actual gira en la que estuvo en Arabia Saudita, Egipto, Alemania y Francia, el Presidente ya ha visitado 14 países, incluyendo los dos vecinos, Canadá y México, Medio Oriente, Asia y se ha reunido con la mayoría de los líderes latinoamericanos en la Cumbre de las Américas.

Esta semana vio pasos en torno a Cuba y al Medio Oriente, dos temas cruciales de la política exterior estadounidense (en tanto Cuba afecta también la relación con América Latina).
Primero vino el cambio de actitud hacia la posible entrada de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA), que permitió a ese organismo levantar el "boicot interno" que tenía contra la isla. Muchos moderados en la cuestión cubana insisten en que ésta es una actitud mucho más efectiva de parte de Estados Unidos y menos divisiva con respecto a América Latina.
"Por cuarenta y pico de años Cuba no era miembro de la OEA porque Estados Unidos no lo dejaba. De ahora en adelante será porque Cuba no quiere o no puede", señala Joe García, ex director del New Democrat Network y de origen cubano, que también fue presidente de la Fundación Cubano Americana.
"Estamos viendo algo que habíamos olvidado, algo que se llama diplomacia, y no usar la discriminación y el chantaje, sino la razón".
El cambio en la OEA, que también reduce tensiones entre Estados Unidos y América Latina no fue del agrado de todos los grupos cercanos a Cuba, algunos de los cuales la criticaron por considerla una concesión a una Cuba no democrática.

"La injusticia histórica cometida por la OEA no fue haber aprobado la resolución de 1962 contra la dictadura cubana, sino haber dejado de aprobar resoluciones similares durante los años 60, 70 y 80 contra otras dictaduras, que sí tenían la venía de EEUU",
dijo Thor Halvorssen, presidente de la Human Rights Foundation, una organización que aboga por la democracia de Cuba.
El arresto el viernes de un ex empleado del Departamento de Estado y de su mujer tras ser acusados de servir como espías para Cuba, podría poner en peligro algo del progreso en el acercamiento entre los dos países. El domingo trascendió que Cuba aceptaba reiniciar conversaciones sobre inmigración y servicio directo de correos entre las naciones.
Tras lo ocurrido en la OEA, sin embargo, Obama siguió dando que hablar con su discurso al mundo musulmán en Egipto y otro viaje a Europa, en el que visitó Alemania, incluyendo el ser el primer Presidente en recorrer el campo de concentracion de Buchenwald.
Expertos en Medio Oriente elogiaron su discurso en Egipto, cuyo objetivo era mejorar las relaciones son esa región del mundo en general y con el mundo musulmán en particular. Al mismo tiempo, el Departamento de Justicia a cargo de Eric Holder afirmó que reactivará la defensa de derechos humanos a los musulmanes estadounidenses.

"Creo que Obama representa un nuevo acercamiento a los temas internaiconales. Siempre ha habido una tendencia estadounidense de ver el mundo con nosotros en el centro", dijo Larry Bridwell, profesor de Negocios Internacionales de la Universidad Pace en Nueva York.
Bridgwell señaló que el pragmatismo es lo que domina en la actitud del nuevo Presidente y que las consideraciones económicas tienen un gran peso.
"Los musulmanes son una quinta parte de la población mundial, las dos terceras partes del petróleo del mundo están en Medio Oriente y la región tiene una gran capacidad de inversión y consumo", dijo Bridgwell.
Mehdi Noorbaksh, profesor asociado de asuntos internacinoales de la Universidad de Harrisburg en Pennsylvania, calificó el discurso como "revolucionario en política exterior hacia esta región".
"Habló de extremismo, violencia, el conflicto árabe-israelí, armas nucleares, democracia, pluralismo, derechos de la mujer y economía. Sus audiencias fueron no sólo las masas, sino las elites de esas sociedades",
apuntó Noorbaksh.

Gilberto Conde, profesor de la Universidad Autónoma de Baja California, México, y especialista en estudios de Medio Oriente, dijo que el discurso de Obama fue histórico.
"No solamente rompe con la tradición de Bush, sino con la que existía desde la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Una visión en la que el Medio Oriente era un ‘monigote’ de Estados Unidos y tenía que hacer lo que éste quisiera", dijo Conde. "Él plantea ahora muy abiertamente y a todos los vientos que eso ya no debe ser así".
Agregó Conde que, además Obama "rompió con la tradición de ver a Israel como el aliado estratégico prioritario en la zona y le da mayor importancia a los países islámicos, particularmente en el tema palestino que es la clave para mejorar la relación con todos los árabes".

Al día siguiente del discurso, donde Obama colocó a Palestina al nivel de Israel (otra ruptura con las tradiciones estadounidenses), el mandatario estadounidense viajó a Alemania para visitar Buchenwald, el campo de concentración donde estuvo encerrado Elie Wiesel, el famoso sobreviviente del holocausto y luchador por los derechos humanos.
Allí, en un discurso, denunció y condenó a los que niegan el holocausto, lo que fue visto como un desagravio expreso al mundo judío, donde algunos pudieron molestarse con su postura sobre Palestina, según los expertos.
En apenas una semana, dos aspectos clave de la política exterior estadounidense dieron un giro de 180 grados y el presidente Barack Obama volvió a demostrar que está determinado a seguir un curso diferente, no sólo al anterior gobierno, sino a la constante historica de Estados Unidos en décadas.
Incluyendo la actual gira en la que estuvo en Arabia Saudita, Egipto, Alemania y Francia, el Presidente ya ha visitado 14 países, incluyendo los dos vecinos, Canadá y México, Medio Oriente, Asia y se ha reunido con la mayoría de los líderes latinoamericanos en la Cumbre de las Américas.
Esta semana vio pasos en torno a Cuba y al Medio Oriente, dos temas cruciales de la política exterior estadounidense (en tanto Cuba afecta también la relación con América Latina).
Primero vino el cambio de actitud hacia la posible entrada de Cuba a la Organización de Estados Americanos (OEA), que permitió a ese organismo levantar el "boicot interno" que tenía contra la isla. Muchos moderados en la cuestión cubana insisten en que ésta es una actitud mucho más efectiva de parte de Estados Unidos y menos divisiva con respecto a América Latina.
"Por cuarenta y pico de años Cuba no era miembro de la OEA porque Estados Unidos no lo dejaba. De ahora en adelante será porque Cuba no quiere o no puede", señala Joe García, ex director del New Democrat Network y de origen cubano, que también fue presidente de la Fundación Cubano Americana.
"Estamos viendo algo que habíamos olvidado, algo que se llama diplomacia, y no usar la discriminación y el chantaje, sino la razón".
El cambio en la OEA, que también reduce tensiones entre Estados Unidos y América Latina no fue del agrado de todos los grupos cercanos a Cuba, algunos de los cuales la criticaron por considerla una concesión a una Cuba no democrática.

La injusticia histórica cometida por la OEA no fue haber aprobado la resolución de 1962 contra la dictadura cubana, sino haber dejado de aprobar resoluciones similares durante los años 60, 70 y 80 contra otras dictaduras, que sí tenían la venía de EEUU", dijo Thor Halvorssen, presidente de la Human Rights Foundation, una organización que aboga por la democracia de Cuba.
El arresto el viernes de un ex empleado del Departamento de Estado y de su mujer tras ser acusados de servir como espías para Cuba, podría poner en peligro algo del progreso en el acercamiento entre los dos países. El domingo trascendió que Cuba aceptaba reiniciar conversaciones sobre inmigración y servicio directo de correos entre las naciones.
Tras lo ocurrido en la OEA, sin embargo, Obama siguió dando que hablar con su discurso al mundo musulmán en Egipto y otro viaje a Europa, en el que visitó Alemania, incluyendo el ser el primer Presidente en recorrer el campo de concentracion de Buchenwald.
Expertos en Medio Oriente elogiaron su discurso en Egipto, cuyo objetivo era mejorar las relaciones son esa región del mundo en general y con el mundo musulmán en particular. Al mismo tiempo, el Departamento de Justicia a cargo de Eric Holder afirmó que reactivará la defensa de derechos humanos a los musulmanes estadounidenses.
"Creo que Obama representa un nuevo acercamiento a los temas internaiconales. Siempre ha habido una tendencia estadounidense de ver el mundo con nosotros en el centro", dijo Larry Bridwell, profesor de Negocios Internacionales de la Universidad Pace en Nueva York.
Bridgwell señaló que el pragmatismo es lo que domina en la actitud del nuevo Presidente y que las consideraciones económicas tienen un gran peso.
"Los musulmanes son una quinta parte de la población mundial, las dos terceras partes del petróleo del mundo están en Medio Oriente y la región tiene una gran capacidad de inversión y consumo", dijo Bridgwell.
Mehdi Noorbaksh, profesor asociado de asuntos internacinoales de la Universidad de Harrisburg en Pennsylvania, calificó el discurso como "revolucionario en política exterior hacia esta región".
"Habló de extremismo, violencia, el conflicto árabe-israelí, armas nucleares, democracia, pluralismo, derechos de la mujer y economía. Sus audiencias fueron no sólo las masas, sino las elites de esas sociedades", apuntó Noorbaksh.
Gilberto Conde, profesor de la Universidad Autónoma de Baja California, México, y especialista en estudios de Medio Oriente, dijo que el discurso de Obama fue histórico.
"No solamente rompe con la tradición de Bush, sino con la que existía desde la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Una visión en la que el Medio Oriente era un ‘monigote’ de Estados Unidos y tenía que hacer lo que éste quisiera", dijo Conde. "Él plantea ahora muy abiertamente y a todos los vientos que eso ya no debe ser así".
Agregó Conde que, además Obama "rompió con la tradición de ver a Israel como el aliado estratégico prioritario en la zona y le da mayor importancia a los países islámicos, particularmente en el tema palestino que es la clave para mejorar la relación con todos los árabes".
Al día siguiente del discurso, donde Obama colocó a Palestina al nivel de Israel (otra ruptura con las tradiciones estadounidenses), el mandatario estadounidense viajó a Alemania para visitar Buchenwald, el campo de concentración donde estuvo encerrado Elie Wiesel, el famoso sobreviviente del holocausto y luchador por los Allí, en un discurso, denunció y condenó a los que niegan el holocausto, lo que fue visto como un desagravio expreso al mundo judío, donde algunos pudieron molestarse con su postura sobre Palestina, según los expertos.

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