El presidente Barack Obama, a la salida de su gimnasio en Washington el pasado sábado- AFP
Pero según palabras del propio presidente, no hay motivo para la preocupación. Puede que esté delgado, pero soy "fuerte", dijo Obama la semana pasada en un acto en Florida. No es ésta la primera vez que los kilos del dirigente son motivo de polémica. Durante la campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2008, algunos contrincantes conservadores llegaron a decir que era "demasiado delgado para ser presidente". Incluso el Gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, criticó sus flacas piernas. "Le voy a decir que haga unas cuantas sentadillas", bromeó el actor de Terminator en un acto de campaña a favor del republicano John McCain.
La enjuta silueta del presidente de EE UU genera debate sobre su estado de salud
YOLANDA MONGE - Washington - 03/11/2009
Parece ser que el presidente come poco. "Se salta alguna que otra comida", dijo una fuente de la Casa Blanca tras la publicación por parte de la influyente página política Drudge Report de unas fotos de Barack Obama luciendo delgada figura. El peso del hombre al que el mundo ha endiosado es motivo de debate. ¿Ha vuelto a fumar compulsivamente? ¿Dos guerras en marcha, una economía renqueante y un desempleo desorbitado están haciendo mella en el líder del mundo libre? ¿Está agotado?
Parece ser que la respuesta a la primera pregunta es rotundamente negativa. Las dos segundas se acercan bastante a la realidad. Sí, el presidente "trabaja sin parar por el bien del país", declaró a Drudge Report un colaborador cercano al mandatario. El hecho de que Obama siga manteniendo su pasión por el baloncesto y otros deportes sería otro de los motivos de su enjuta silueta. La suma de mucho trabajo, poca comida y regular ejercicio dan como resultado el aspecto captado el fin de semana pasado por la cámara de un fotógrafo cuando el mandatario abandonaba un gimnasio en Fort McNair (cercano a Washington).
YOLANDA MONGE - Washington - 03/11/2009
Parece ser que el presidente come poco. "Se salta alguna que otra comida", dijo una fuente de la Casa Blanca tras la publicación por parte de la influyente página política Drudge Report de unas fotos de Barack Obama luciendo delgada figura. El peso del hombre al que el mundo ha endiosado es motivo de debate. ¿Ha vuelto a fumar compulsivamente? ¿Dos guerras en marcha, una economía renqueante y un desempleo desorbitado están haciendo mella en el líder del mundo libre? ¿Está agotado?
Parece ser que la respuesta a la primera pregunta es rotundamente negativa. Las dos segundas se acercan bastante a la realidad. Sí, el presidente "trabaja sin parar por el bien del país", declaró a Drudge Report un colaborador cercano al mandatario. El hecho de que Obama siga manteniendo su pasión por el baloncesto y otros deportes sería otro de los motivos de su enjuta silueta. La suma de mucho trabajo, poca comida y regular ejercicio dan como resultado el aspecto captado el fin de semana pasado por la cámara de un fotógrafo cuando el mandatario abandonaba un gimnasio en Fort McNair (cercano a Washington).
Pero según palabras del propio presidente, no hay motivo para la preocupación. Puede que esté delgado, pero soy "fuerte", dijo Obama la semana pasada en un acto en Florida. No es ésta la primera vez que los kilos del dirigente son motivo de polémica. Durante la campaña electoral para las elecciones presidenciales de 2008, algunos contrincantes conservadores llegaron a decir que era "demasiado delgado para ser presidente". Incluso el Gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, criticó sus flacas piernas. "Le voy a decir que haga unas cuantas sentadillas", bromeó el actor de Terminator en un acto de campaña a favor del republicano John McCain.
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