30 noviembre 2009

PORFIRIO LOBO GANA LAS ELECCIONES DE HONDURAS...

El presidente de facto Roberto Micheletti, depositando su voto en El Progreso, Honduras
Porfirio Lobo saluda a un soldado este domingo en Santa Lucía, Honduras.- AP

Los resultados oficiales, con el 60% del escrutinio, le otorgan más del 55% de los apoyos.- Los partidarios de Zelaya denuncian acoso militar ante los comicios
FRANCISCO PEREGIL Tegucigalpa 30/11/2009

Si las elecciones que se celebraron ayer en Honduras son un fraude, como asegura el depuesto presidente Manuel Zelaya, el fraude se perpetró casi con normalidad. Mientras Zelaya, el mandatario expulsado del país en pijama hace cinco meses, cumplía 68 noches cercado por el Ejército del país en la Embajada brasileña de Tegucigalpa, 4,6 millones de hondureños estaban convocados a elegir entre cinco candidatos a la presidencia y a votar 13.686 cargos públicos entre alcaldes, concejales y diputados. Mientras el presidente de facto, Roberto Micheletti ("Goriletti" para los zelayistas), pedía una votación masiva, Zelaya y el Frente Nacional de Resistencia lucharon por el boicoteo pacífico de los comicios. Durante la jornada cada uno, a su manera, pudo proclamarse vencedor.

Los datos facilitados por la autoridad electoral, con el 60% de los votos escrutados, otorgan a Lobo el 55,9% de los apoyos, frente al 38,09% conseguidos por el Partido Liberal de Elvin Santos, quien ya ha reconocido su derrota. El resto de los votos se repartieron entre el Partido Innovación y Unidad (2,24%), la Democracia Cristiana (1,96%) y la Unidad Democrática (1,81%).
Votaron miles de personas en Tegucigalpa y no hubo bombas, ni muertos, ni heridos. "No se ha registrado ningún incidente que perturbe el proceso", indicaba ayer el coronel Archaga, portavoz del Ejército. "Tan sólo hemos hecho dos registros y hemos decomisado armas en dos domicilios de Tegucigalpa y detenido a dos personas", añadió.

Los datos de los zelayistas no concordaban con los del Ejército. "En las últimas horas ha habido más de 74 registros sin orden judicial" en domicilios de líderes del movimiento a favor del presidente depuesto, y "cerca de cien detenidos que han tenido que ser puestos en libertad por falta de pruebas. Los militares están siendo los protagonistas de estas elecciones. Están pegados a las urnas. Y la ley prescribe que se sitúen a cien metros, no pueden estar adentro de los colegios, nunca ha sido así. Las jornadas electorales suelen ser siempre actos festivos en este país. Pero esta vez la gente está timorata", indicó César Silva, portavoz del Gobierno depuesto.
La apariencia de normalidad se rompía cuando se trataba de sintonizar el Canal 36, el único de difusión nacional afecto a Zelaya. Ayer sólo se podía leer: "Interfieren señal de Canal 36 para evitar que informemos". Mientras tanto, en el resto de emisoras televisivas entrevistaban a cientos de votantes en decenas de colegios. Los periodistas llamaban a la participación señalando los dedos manchados de tinta con que los votantes refrendan su participación. "Éste es el dedo del amor, de la democracia, de la pasión", decía un reportero en la Televisión Nacional de Honduras.

Los zelayistas auguraban que la abstención superaría el 45% registrado en las elecciones de 2005. La documentalista Índira Mendoza, de 41 años y miembro del zelayista Frente Nacional de Resistencia, se alegraba en el Instituto Jesús Milla Silva, de la Colonia Kennedy, uno de los barrios más populosos de la ciudad, por lo que calificó como un nivel bajísimo de participación: "En Honduras se suele votar temprano, a primera hora, a las siete de la mañana. Y hoy, más temprano que nunca, porque la gente quiere ver el partido del Barcelona y el Madrid. Esto es la Kennedy y éste uno de los centros donde más gente vota. Pero puede comprobar que no hay cola en casi ninguna urna. En las últimas elecciones, a esta hora las colas daban la vuelta al instituto". En el mismo colegio, Roberto Paz, de 47 años, decía que la gente iría afluyendo conforme se dieran cuenta de que la seguridad estaba garantizada.

A cinco minutos en auto, en la basílica de Suyapa, el cura, en consonancia con la jerarquía eclesiástica del país, llamaba a votar durante la misa: "Su voto es por Honduras, tenemos que salvar el Estado de derecho y la democracia. Y sobre todo, por la paz".
Más allá, en el barrio de Las Lomas, de clase media, en el instituto de la Cultura Hispánica, en la calle José María Escrivá de Balaguer, aguardaban su turno varios jóvenes vestidos con las camisetas oficiales de los madridistas Ronaldo y Benzemá. A su lado, el abogado Hernán Silva, ex ministro de Zelaya, observaba las colas. "Llevo recorridos 10 colegios esta mañana. Y la conclusión es que donde más se votó es en los barrios de los perfumados, que es como llamamos aquí a raíz del golpe a los que tienen más dinero".
El cierre de urnas se retrasó una hora, a las 17.00 (siete horas más en la España peninsular) por la afluencia de votantes, según el Tribunal Supremo Electoral. Desde el cierre de los colegios, los medios de comunicación hondureños comenzaron a dar, en base a sus sondeos, una amplia victoria al líder del Partido Nacional, Porfirio Lobo, conocido como Pepe, cuya consigna durante la campaña ha consistido en repetir que él nunca perteneció al Partido Liberal (el de Zelaya y Micheletti) y que no tenía nada que ver ni con uno ni con otro.

Durante su discurso ya como presidente electo, Lobo ha agradecido el respaldo que, según él, ha recibido de, entre otros, EE UU, Panamá, Japón, Italia y Alemania. Además, afirmó que hay otras potencias que también la han prestado su apoyo y que lo harán público en días venideros.
Entre los votantes, parecía que el enemigo común era el destituido Zelaya, y más aún, el presidente venezolano, Hugo Chávez. "Yo voté a Zelaya en las anteriores elecciones", confesaba un piloto hondureño que se había desplazado desde Guatemala para votar, "pero desde que se hizo amigo de Chávez, me arrepentí".

Zelaya pide la anulación de los comicios
El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ha afirmado esta madrugada (hora española) tener datos que probarían que la abstención alcanzada en las elecciones presidenciales de este fin de semana ha alcanzado el 65% en todo el país y el 75% en algunas regiones, por lo que estima que los comicios no son legítimos y deberían anularse.

"Habíamos avizorado que si la abstención superaba el 50% del padrón electoral las elecciones debían anularse. Una elección así no representa el sistema democrático al que nosotros los latinoamericanos y hondureños aspiramos", ha asegurado Zelaya en declaraciones a la cadena TeleSur.
EUROPA PRESS

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