05 abril 2009

OBAMA SATISFACE LAS EXPECTATIVAS DE ZAPATERO Y LE PREMIA CON EL TITULO DE "AMIGO"...

Afirma que su homólogo español «entiende muy bien la influencia de España en el mundo»
06.04.09 -
PAULA DE LAS HERAS
COLPISA PRAGA. ENVIADA ESPECIAL
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Colaborarán para crear «un orden mundial de paz más justo»
Ahora sí. José Luis Rodríguez Zapatero puede presumir de que Barack Obama le ha llamado «amigo». Y también de que, en contra de lo que siempre le ha recriminado el principal partido de la posición, considere que es «alguien que entiende extraordinariamente bien la influencia que España tiene en el mundo». El líder de la primera potencia mundial se refirió a él con estas palabras poco antes de celebrar la entrevista entre ambos dirigentes tras la cumbre informal UE-EE UU celebrada en Praga. Un auténtico e inesperado regalo al jefe del Ejecutivo, que no atraviesa su mejor momento interno.

Las consecuencias reales que pueda tener eso que Rodríguez Zapatero ha definido como «nueva etapa» en las relaciones entre ambas administraciones aún está por ver. Pero tras haber conseguido consolidar un asiento en el G-20, aunque fuera accediendo al cónclave por la puerta de atrás, el presidente del Gobierno volverá mañana a casa con el aura del mandatario que, además, 'cuenta' a ojos del presidente norteamericano.

Lejos de hacer el más mínimo reproche público por el abandono de la misión de la OTAN en Kosovo o de insinuar que España no ha respondido a sus expectativas en Afganistán -se enviarán 450 soldados más sólo para cubrir las elecciones de agosto-, Obama elogió el compromiso internacional de Rodríguez Zapatero. «Se toma su responsabilidad con mucha seriedad». Bien es cierto que el Gobierno español ha sido el tercero de los de la OCDE que más medios ha dedicado a estímulos fiscales en proporción al PIB. Y esta era la receta frente a la crisis económica que con más vehemencia defendía Estados Unidos.

El presidente de los Estados Unidos ha dedicado flores a otros dirigentes a lo largo de estos días. Se reunió con el primer ministro británico, Gordon Brown; también lo hizo con el presidente francés; Nicolás Sarkozy, con la alemana Angela Merkel; con el checo y presidente de turno de la UE, Mirek Topolanek, y con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Pero todos ellos eran anfitriones de las distintas cumbres celebradas a lo largo de esta semana. Sólo el presidente polaco, Lesz Kacinsky, y Rodríguez Zapatero han gozado de idéntico trato pese a no ser organizadores de ningún evento. Silvio Berlusconi se ha quedado con las ganas.

Los socialistas, que con la vista puesta en las europeas del 7 de junio, ya tenían intención de sacar jugo a todo el periplo internacional en el que el presidente del Gobierno ha participado esta semana, cuentan ahora con nuevos elementos. Y casi de casualidad, porque pese a que Rodríguez Zapatero estaba interesado en lograr la mayor repercusión mediática de su cara a cara con Obama, los acontecimientos parecían haberse confabulado en su contra.

La diplomacia había trabajado para que el encuentro se celebrara en Estrasburgo, durante la cumbre de la OTAN, pero la parte estadounidense decidió que fuera en Praga, el día 5. Eso obligó a Rodríguez Zapatero a ajustar al milímetro su agenda. En origen tenía previsto abandonar la capital checa por la mañana para, por la tarde, asistir a la primera Reunión de Alto Nivel que celebran España y Turquía en Estambul. Por eso apenas había acreditados periodistas españoles para la cumbre europea.

Solucionado este problema, aún quedaba un escollo. La imposibilidad de anular la cita con los turcos, impedía que Rodríguez Zapatero compareciera hasta la noche ante la prensa para dar cuenta de la reunión. Pero, antes de entrar en la sala donde tuvo lugar la cita, Obama decidió responder a las preguntas desesperadas que a gritos le hacían los redactores y sus palabras llegaron a tiempo para todos los telediarios. «Estoy contento de poder llamarle amigo», «he disfrutado mucho trabajando con Zapatero estos últimos días» y «quiero que la relación entre los dos países, que ya es sólida, sea aún más fuerte», dijo.

Colaboración
El presidente del Gobierno también se arrancó entonces para asegurar que espera colaborar con el presidente estadounidense en la construcción de un «orden mundial de paz más justo, en la lucha contra la pobreza y en proporcionar a las nuevas generaciones un tiempo mejor».

En la reunión, de 45 minutos, Rodríguez Zapatero aprovechó para reiterar su convicción de que la consecución de la paz en Oriente próximo es determinante para la estabilidad y la seguridad mundial y añadió que España puede desempeñar un papel importante por su relación con los países árabes. Además ofreció la experiencia española en energías renovables y ambos convinieron en la necesidad de colaborar en todo lo relacionado con Latinoamérica.

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