17 mayo 2009

Asesinato de abogado: guatemaltecos marchan en dos manifestaciones opuestas

GUATEMALA (AFP) — Cientos de miles de guatemaltecos salieron este domingo a las calles en dos manifestaciones opuestas: una para pedir justicia por el asesinato del abogado Rodrigo Rosenberg y otra en apoyo del presidente Alvaro Colom, acusado por aquél en un video de estar detrás de su muerte, en medio de fuertes medidas de seguridad para evitar confrontaciones.
Cerca de 40.000 personas eran esperadadas por los organizadores en la plaza Italia, frente a la Alcaldía capitalina, vestidas de blanco para pedir justicia no sólo por la muerte de Rosenberg hace una semana, sino para que se ponga fin a la impunidad en un país donde el 98% de los crímenes quedan sin esclarecer.
A poco más de un kilómetro, en la plaza de la Constitución, otras miles de personas, según los organizadores, traídas de todo el país se concentraron en una manifestación convocada por la Unidad Nacional de la Esperanza, el partido del gobierno, para apoyar a Colom, que vive las horas más bajas de sus 16 meses en la presidencia.
Colom, su esposa Sandra Torres y el secretario privado del mandatario, Gustavo Alejos, así como varios empresarios, fueron acusados por Rosenberg de ser los responsables de su muerte, en un video grabado tres días antes de su asesinato -el pasado domingo- generando una de las peores crisis en la historia contemporánea de Guatemala.
Como una bola de nieve han ido creciendo a lo largo de los últimos días las protestas espontáneas de guatemaltecos que reclaman justicia y que pare la violencia y la inseguridad, que dejan una media de 17 muertos diarios, convirtiendo al país en uno de los más peligrosos del mundo.
"Si no velan por nosotros, tendremos que hacerlo nosotros", dijo a la AFP Oscar Díaz, uno de los cuatro jóvenes que empezó este movimiento ciudadano, después de que saliera a la luz el video de Rosenberg, cuyos familiares y amigos también le rindieron un homenaje este domingo.
"No estamos pidiendo que se destituya al presidente ni organizamos un golpe de Estado ni queremos una revolución", precisó Díaz mientras muchos de sus seguidores congregados bajo un sol inclemente pedían la renuncia de Colom o un juicio para desaforarlo para que se investiguen las acusaciones de Rosenberg.
"Los héroes no se lloran, se imitan", rezan algunas de las pancartas, una frase atribuida al Che Guevara que se ha convertido en el lema de este movimiento popular "sin fines políticos".
Pese a la presencia de unos 5.000 policías, los organizadores desistieron de realizar una marcha por varias calles de la ciudad para evitar eventuales enfrentamientos con la manifestación 'oficialista'.
Kjell Lien, un noruego que lleva viviendo más de 20 años en Guatemala, es la primera vez que se manifiesta en las calles, dejando el miedo que atenaza a los guatemaltecos en casa. "Hoy no hay peligro, hay demasiada gente", explica.
Un numeroso grupo de voluntarios recogía firmas -necesitan un millón- para pedir un proceso de desafuero contra Colom a fin de que sea juzgado por la justicia ordinaria.
Como la constitución guatemalteca no permite elecciones anticipadas, sería el vicepresidente del país, Rafael Espada, el que asumiría la presidencia hasta las próximas elecciones, mientras que el Congreso nombraría un vicepresidente.
Jorge Rivas, un tornero mecánico, respondió al gobierno --que está intentando convertir las protestas en una mera lucha de clases-- que "todos somos ricos y pobres".
Ana Isabel Mata Castillo, un ama de casa, aseguró que "aquí estamos luchando por todos, por los choferes que matan, por la gente a la que roban en los autobuses del servicio público. Estamos luchando por toda Guatemala".
A un kilómetro de distancia, miles de personas, traídas de todo el país --"compradas" según el movimiento ciudadano--, entre ellas más de 200 alcaldes y los 22 gobernadores nombrados por el presidente, daban su apoyo a Colom, confinado en la Casa Presidencial.
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