01 abril 2008

CARLA BRUNI..AQUEL 1993 EN QUE SE DEJO FOTOGRAFIAR....


RUBEN AMON. París
Desnuda, premeditadamente patosa y epidérmicamente sensual, Carla Bruni no podía sospechar en 1993 que se inclinaría como un monaguillo, 15 años más tarde, ante la reina de Inglaterra. Y que lo haría como primera dama de Francia.
Ella, que era italiana, y que ignoraba la existencia de Sarkozy, y que se había amancebado con británicos tan irrespetables como Mick Jagger y Eric Clapton. Por eso los tabloides de Albión la recibieron el miércoles con la fotografía en pelotas que le hizo el maestro suizo Michel Comte en sus tiempos fecundos de top model. Había una razón informativa, una percha: la imagen original del desnudo en blanco y negro va a salir a subasta en Nueva York el 10 de abril.
Confirmando, por si hubiera dudas, el negocio en que se ha convertido el pasado libertino y profesional de Carla. Sirva como ejemplo el anuncio del Lancia Musa. Rodado y estrenado mucho antes del affaire Sarkozy, pero exprimido ahora en todas las televisiones porque la pasajera turinesa vende mejor que nunca.

La prueba está en los 4.000 euros que Christie ¿s espera recaudar por la subasta de la fotografía. Mucho dinero, considerando que los desnudos de Kate Moss y de Christy Turlington se cotizan bastante por debajo.
Técnicamente, madame Sarkozy es el lote 0064, ocupa las dimensiones de un cuaderno (32,5 cms. por 22,5) y se comercializa con el número 2113. Así consta en el catálogo de Christies. También se informa en su interior de que la imagen proviene directamente de la colección personal de Michel Comte. Un águila para los negocios que aparece de manera intempestiva en la agenda de Nicolas Sarkozy.
La sesión del delito aconteció un mes de mayo en el estudio del fotógrafo suizo. Partiendo de una idea sensual que Comte había recogido del maestro impresionista Georges Seurat. Concretamente Las modelos (1866-88).
Aparecen tres mujeres desnudas en el lienzo, pero es la modelo del medio quien domina la escena y quien recoge las manos pudorosamente a la altura del monte de Venus. Exactamente como Carla Bruni en 1993. Tenía 25 años y se había emancipado junto al actor hispano-suizo Vincent Pérez.
Probablemente en el éxtasis profesional de ambos. Ella porque percibía 7,4 millones de euros anuales en las pasarelas y porque se la disputaban Gaultier y Chanel. El porque estrenaba Fanfan, en un papel que recuerda a la personalidad adolescente y extravagante de Sarko.

¿Dónde estaba el presidente en 1993? Era alcalde de Neuilly, diputado, desempeñaba el ministerio del Presupuesto y había sido nombrado portavoz del Gobierno. Comenzó a colarse en los televisores de sus compatriotas. Sólo le faltaba erigirse, como hizo, en el salvador de unos niños que la Bomba Humana, Eric Schmitt, había secuestrado provisto de explosivos en una guardería. Super Sarko se jugó el físico, ejerció de mediador y comenzó a creerse sus opciones al trono de Francia.

Carla, en cambio, empezaba a hartarse de Pérez. Y afrontaba su noviazgo con Arno Klarsdfeld, apolíneo abogado de París que se alistó al ejército de Israel y que contempló a la Bruni sin las manos recogidas a la altura del monte de Venus.
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