Lourdes Heredia BBC Mundo, Washington
Benedicto XVI arriba este martes a EE.UU.
El Papa Benedicto XVI, que este martes inició una visita oficial a Estados Unidos, dijo que se siente profundamente avergonzado por el escándalo de abusos sexuales en el que se vió implicada la Iglesia Católica estadounidense.
De camino a Washington, el Papa dijo que la Iglesia tiene la determinación de excluir a los pederastas del sacerdocio y que hará todo lo posible para prevenir que se repita otro escándalo.
La visita de Benedicto XVI a Estados Unidos ha generado gran expectativa no sólo entre los casi 70 millones de católicos que hay en el país, sino también entre los grupos de activistas que desde el fin de semana tratan de llamar la atención sobre los escándalos sexuales que involucraron a la Iglesia Católica.
"El Papa no puede ignorar lo que pasó. Esperamos de él más que palabras. Queremos acciones para castigar a quienes encubrieron a los culpables de abusos a menores", señaló a la BBC Barbara Blaine, cofundadora de SNAP, la Red de Sobrevivientes de las Víctimas de Sacerdotes.
Blaine sufrió en carne propia el abuso de un cura e insiste en que lo más doloroso fue observar cómo las autoridades eclesiásticas negaron los hechos.
"Había muchas como yo"
El Papa no puede ignorar lo que pasó. Esperamos de él más que palabras. Queremos acciones para castigar a quienes encubrieron a los culpables de abusos a menores
Barbara Blaine, cofundadora de SNAP"Cuando por fin pude denunciar lo que me pasó me dijeron que yo era la única. Luego descubrí que había muchas como yo que durante décadas se quejaron y nadie hizo nada", señaló directora de SNAP.
Esta organización quiere que la visita del Papa de frutos concretos.
"Tan sólo hace una semana hubo otra denuncia de dos niños, uno de 8 y otro de 5 años. No era la primera vez que se acusaba a ese sacerdote. ¿Por qué no se hizo nada antes? ¿Cómo es posible que protejan a estos criminales?", señala Blaine.
Desde 1950 miles de acusaciones de abusos sexuales han sido presentadas ante los tribunales en EE.UU.
Un informe comisionado por la propia Conferencia Nacional de Obispos Católicos en 2004 destacó que más de 4.000 sacerdotes habían sido acusados.
Desde el 2002, cuando se desataron los peores escándalos, algunas diócesis han pagado más de US$2 millones de en daños y compensaciones.
Sin embargo, tal como admiten miembros de la Iglesia, la herida sigue abierta y el Papa no podrá evadir el tema que tanto ha impactado a la comunidad.
El Papa visitará la Basílica de la Inmaculada Concepción en Washington."Aunque no sea el motivo de su visita, es un problema que está en el espíritu y el corazón de los católicos", admitió el padre David O'Connell, presidente de la Universidad Católica de Washington.
Ya en el 2002, ante la ola de denuncias, la Iglesia suscribió la "Carta de Protección de Niños y Jóvenes" donde se impusieron varias reglas para evitar más abusos. Incluye por ejemplo la expulsión inmediata de cualquier sacerdote que haya sido encontrado culpable.
En los últimos tres años, según el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown, hubo una disminución drástica de informes de abusos sexuales.
Para las víctimas, estas medidas no son suficientes. Grupos como SNAP o como Voz de los Fieles han pedido al Vaticano que identifique públicamente a aquellos involucrados en abusos sexuales.
Para sanar las heridas, estas organizaciones opinan que es esencial que el Papa decida reunirse con ellos, aunque por ahora ese encuentro no está programado en la agenda del Pontífice.
"Además de disculparse, el Papa Benedicto XVI debería reunirse con las víctimas, escuchar sus historias y tratarlos con respeto y compasión," dijo Dan Bartley, presidente de Voz de los Fieles.
José Baig BBC Mundo, USA
Las parroquias suelen tener centros de asistencia para la salud, la educación y temas migratorios.
Los hispanos católicos de Estados Unidos están ilusionados por la visita del Papa Benedicto XVI esta semana al país, pero también esperan que dentro de la iglesia algunas cosas cambien y otras se queden igual.
Las cifras del censo ubican la población latina de la capital de Estados Unidos en alrededor de 35.000 personas, la mayoría católicas.
Sin embargo, la proporción de hispanos es mucho más alta en algunos suburbios de la ciudad que dependen administrativamente de estados vecinos como Virginia con 280.000 y Maryland con cerca de 300.000.
Las proporciones son radicalmente diferentes en Nueva York, la segunda parada de esta visita papal, donde viven 8.000.000 de católicos, muchos de ellos también de origen hispano.
A escala nacional, cerca de 30.000.000 de hispanos, el 68% del total se declaran católicos, según la oficina del Censo. En la población global, apenas el 10% de los no-hispanos se declaran seguidores del catolicismo.
"Que no toque la misa"
María Hernández cree que la visita del Papa alimenta el espíritu de todos los católicos del mundo.
En Washington, D.C. y sus zonas vecinas hay cada vez más iglesias que ofrecen misas en español. Las parroquias de áreas hispanas también suelen tener centros de asistencia para la salud, la educación y hasta temas migratorios.
María Hernández, de 53 años, ha vivido durante siete años en Washington y cree que la visita del Papa es muy buena, "porque le alimenta el espíritu a todos los católicos del mundo entero".
María cree que la Iglesia Católica está bien tal como está ahora, pero si tuviera oportunidad de hablar con el Papa, le pediría que por ninguna razón autorice que las misas se recorten a 15 minutos de duración.
"A veces cuesta que las personas lleguen a la iglesia, y si se van a ir rapidito, no tiene gracia", dice sonriendo.
Por ahora parece que María puede estar tranquila, pues en la agenda del pontífice está reforzar -y en algunos casos revivir- las prácticas, la música, las oraciones y hasta las vestimentas más tradicionales de la liturgia católica.
"Sólo Dios"
Carlos cree que la visita de Benedicto XVI es "grandiosa y maravillosa".
"Carlos" (nombre ficticio), le dijo a BBC Mundo que el hecho de que Benedicto XVI venga a Estados Unidos es "grandioso y maravilloso". Según él, "somos el país más grande y más poderoso del mundo y aquí hay latinos de todos los países".
Muchos de los católicos que van a ver al jerarca católico aquí en Washington esperan que reforme la iglesia hacia la ortodoxia.
Otros, en cambio, creen que la presencia del Papa aquí puede ser una buena oportunidad para que envíe mensajes más "políticos" relacionados con la guerra en Irak o la situación en China.
Sin embargo, "Carlos" tiene una postura diferente a quienes exigen cambios en una o en otra dirección en la cúpula del catolicismo.
"Yo soy católico, y creo que todo lo entiende el Señor. Lo que haya que cambiar lo va a cambiar él, no lo puede cambiar otra persona", asegura.
Los niños y las conversiones
Brenda, de 35 años, es madre de dos niñas, y mientras trataba de calmar a una de ellas y de que la otra no se le fuera corriendo, le dijo a BBC Mundo que tienen mucha ilusión de ir a ver al Papa. "A ver si con la niñas me da tiempo", dice.
Brenda quiere que el Papa Se ocupe de "los problemas con los niños", es decir, la pederastia.
Su petición para el Papa es que se ocupe de "los problemas con los niños". Cuando le preguntamos si se refiere concretamente a las acusaciones de pederastia, responde "sí" inmediatamente.
"Yo pienso que ahí debería haber cambios", afirma.
También apunta a que los hispanos que llegan a Estados Unidos se están alejando de la Iglesia Católica. "Muchas veces hay bastante información de la gente evangélica, que está buscando la forma de llamarlos y reunirlos".
Cerca de 6.000.000 de los 44.000.000 de latinos que se calcula que hay en Estados Unidos son evangélicos, según un estudio publicado el año pasado por el centro de investigaciones Pew Hispanic Center.
Según la misma investigación, más de la mitad de los hispanos que se declaran evangélicos afirman haberse convertido desde el catolicismo u otras religiones.
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