Cacerolazos, cortes de ruta y desabastecimiento de alimentos se extienden por toda la Argentina.
(IAR Noticias) 27-Marzo-08
Una multitud se congregó en un "cacerolazo" espontáneo frente la Casa Rosada (Foto Infobae).
Lo que venía desarrollándose como un paro agrario con cortes de rutas, se transformó, tras un discurso de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en una rebelión social espontánea que se extendió desde las provincias hasta la Capital Federal. Sorpresivamente, y tal como se verifica en la realidad inmediata de este miércoles, el gobierno de la dupla Cristina- Nestor Kirchner, gerentes intachables de los bancos y trasnacionales que controlan todo el sistema económico-productivo de la Argentina, ingresó (tal como lo dice la dirigente opositora Elisa Carrió) en un "incendio" social.
Informe especial,. IAR Noticias
La histórica Plaza de Mayo fue el epicentro de un "cacerolazo espontáneo" que se fue gestando en los más importantes barrios de clase media de la capital argentina ( Belgrano, Caballito, Barrio Norte, entre otros) y se trasladó espontáneamente al centro de la capital con cánticos e improvisados carteles escritos a mano que pedían a la presidente ¡Que se vaya!
Cuando la concentración (trasmitida en vivo por todos los canales de televisión) se empezaba a tornar masiva irrumpió en la plaza el "grupo de choque K" conducido por el piquetero Luis D'Elía, que avanzó contra los manifestantes a golpes de palos y de puños y disolvió la concentración ante la mirada pasiva de la policía que no actuó.
El grupo de D'Elía, es una de las tantas facciones de "piqueteros" que se asimilaron (con sueldos y prebendas) como mercenarios del gobierno de Cristina-Kirchner y su función consiste en romper actos de la oposición y organizar actos oficialistas, como el que le organizaron a Chávez cuando armó una movida "Anti-Bush" en la Argentina, el año pasado.
Pero el cacerolazo espontáneo (simultáneo en todo el país) que convergió en Plaza de Mayo, fue el desenlace inmediato de una movilización a nivel nacional de, en su mayoría, pequeños y medianos productores agrarios (quienes durante el martes cortaron rutas en toda la Argentina) y la respuesta a un duro y agresivo discurso de Cristina casi al cierre de una jornada de paro del campo y protesta derivó en una verdadera rebelión social espontánea en las últimas horas del día.
Hace catorce días, convocados por las cuatro organizaciones que agrupan al sector agrícola (Sociedad Rural, Coninagro, Confederaciones Rurales Argentinas y Federación Agraria) los agropecuarios se lanzaron al paro con un único reclamo en la agenda: que el Gobierno dé marcha atrás con la resolución que aplica retenciones móviles (impuestos) a los granos, ya que ese esquema impone una fuerte suba del tributo a la soja (pasó de 35 a 44%) -lo cual se considera "confiscatorio"- y además implica la fijación de precios máximos hasta 2012. Pero el Ejecutivo ratificó esa medida.
De esta manera, el conflicto ingresó en un callejón sin salida, mientras los supermercados y centros de expendio de alimentos comenzaron a quedarse desabastecidos con la desaparición de alimentos básicos como carne, leche y verdura, desabastecimiento que se acrecienta en las últimas horas y produce un enorme descontento y malestar social.
Sin reparar que los que cortan rutas no son los empresarios trasnacionales y grandes pulpos del sector agrícola y alimentario (que controlan el mercado interno y el comercio exterior de la Argentina), sino pequeños productores de la cadena (a quien el "impuestazo" los lleva a la quiebra), el gobierno de Cristina (con Néstor Kirchner detrás de las decisiones) calificó la propuesta de "piquete de los sectores de la abundancia".
Construido a partir del manejo mediático y de la compra de periodistas, la administración Kirchner, no supo "oler" el mensaje que trasmitían al país las imágenes y los discursos trasmitidos en vivo por la TV de los pequeños chacareros movilizados y cortando rutas en todo el país: Los "piquetes de la abundancia" que denuncian y atacan Cristina y sus funcionarios, son en realidad, pequeños productores, en general con parcelas de producción que van de las 50 a las 100 hectáreas, mayoritariamente movilizados en forma espontánea, y que explican constantemente ante cámaras la situación de bancarrota a que los conduce el impuestazo, mientras muestran sus camionetas, la mayoría destartalados y de modelos antiguos.
Este error conceptual de apreciación mediática ("piquetes de la abundancia") por parte de los constructores del marketing y del discurso gubernamental, llevó a que los televidentes, y los propios afectados por los cortes de ruta (camioneros, ómnibus de pasajeros, y automovilistas) se identificaran con la posición de los huelguistas.
Este factor, agregado a la decisión del gobierno de no dar marcha atrás al impuesto que generó el conflicto y al descontento social producido por el desabastecimiento de alimentos, desencadenó una reacción social espontánea que la dirigente opositora Elisa Carrió definió como "el incendio de Cristina".
En un discurso que selló el principio de su pérdida de legitimidad, y el principio de su debacle política, Cristina dijo: "No me voy a someter a ninguna extorsión", calificó las protestas como "piquetes de la abundancia" y "pasos de comedia" de los sectores que -aseguró- tuvieron "la mayor rentabilidad" por las políticas que su esposo, Néstor Kirchner, impulsó desde 2003.
El error conceptual oficial, confundir a los pequeños chacareros con los "sectores de la abundancia" (a los que el gobierno K protege y favorece), produjo una reacción en cadena que se extendió desde los sectores en huelga hasta el resto de la sociedad acicateada por los canales de televisión que muestran noche y día a los verdaderos protagonistas del paro agrario.
Luego del discurso presidencial las cuatro entidades agrarias (que agrupan en su seno a los grandes pulpos del sector y a medianos y pequeños productores) extendieron la protesta por tiempo indeterminado.
"Esto es muy grave. (La presidenta) eligió el camino de la confrontación. Me pregunto qué viene después de esto, el estado de sitio y la represión", señaló el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, tras el discurso presidencial.
Sectores de la oposición, como los radicales y Elisa Carrió, reaccionaron con críticas al Gobierno, y reapareció el ex presidente Eduardo Duhalde con advertencias sobre la situación. La Iglesia, en tanto, hizo un llamado al diálogo.
Elisa Carrió, la opositora más "mediática" al gobierno K, difundida en vivo por todos los canales de noticias, calificó al discurso de Cristina de "provocador y violento" y a su gobierno de "dictatorial y represor".
Este miércoles, la prensa argentina señala que, aunque no se mostró en público, Néstor Kirchner estuvo muy activo evaluando y dirigiendo junto a su esposa una situación que se desbordó y se le fue de la mano al gobierno.
En los medios escritos, radios y canales de TV más "críticos" al gobierno, se decía, el martes por la noche, que si el grupo de choque piquetero de D'Elía no hubiera roto la manifestación espontánea de Plaza de Mayo, la concentración posiblemente hubiera crecido hasta convertirse en un pedido de renuncia masiva a Cristina, emulando al famoso cacerolazo que derrocó al gobierno de De La Rúa a fines del 2001.
De cualquier manera, este miércoles, de sur a norte, la Argentina se despertó con un clima de "cacerolazo social" remozado contra el gobierno de los Kirchner, que se expresa en otra jornada de paro agrario con cortes de rutas (trasmitido en vivo por las radios y todos los canales de TV) con fuertes críticas al gobierno y sus actitudes "represivas".
El escenario de "guerra social latente" se alimenta con continuos planos e imágenes de "góndolas vacías" que muestran constantemente los canales de TV que, mayoritariamente (incluso los aliados del gobierno) se han convertido en los trasmisores del "malestar social" y las críticas contra el gobierno.
A las diez de la mañana del miércoles, en la Argentina, una lectura de cuadro político y social imperante (alimentado por los medios de comunicación y las críticas al gobierno) indica que la situación, de no mediar un dialogo inmediato entre las partes en conflicto, avanza hacia un desenlace marcado por la conflictividad social.
Algunos medios ya están lanzando la versión de un posible "cacerolazo bis" a nivel nacional convocado por los sectores en huelga, mientras que desde el gobierno, organizado por el propio Kirchner, se prepara una marcha en defensa del gobierno de Cristina.
Y hay una paradoja: El gobierno de los Kirchner, que asimiló y domesticó a la dirigencia sindical y a sectores de los "piqueteros", que construyó su inmenso poder a electoral a través de la compra de medios y de periodistas, que controló y asimiló con prebendas y beneficios económicos a grandes sectores de la izquierda, hoy se encuentra acorralado y amenazado hasta por los propios sectores sociales que los reeligieron (por medio del voto a Cristina) en octubre pasado.
Las radios argentinas, este miércoles, se encuentran atestadas de testimonios de personas que dicen "haber votado a Cristina" y que han participado del "cacerolazo" espontáneo durante la noche del martes.
En resumen, y tal como se verifica en la realidad inmediata, el gobierno de la dupla Cristina-Kirchner, gerentes intachables de los bancos y trasnacionales que controlan todo el sistema económico-productivo de la Argentinas, ingresó (sorpresivamente), tal como dice Elisa Carrió, en el "incendio" social.
MALISIMA LA ACTITUD DE LA PRESIDENTA, CRISTINA KIRCHNER, DE ENVIAR A LOS PIQUETEROS A SACAR A LA GENTE DE PLAZA DE MAYO. TANTO MIEDO TENÍA QUE LE PASE LO MISMO QUE A DE LA RUA. POR DIOS..
ResponderEliminarCREO UN CONBATE DE ARGENTINOS CONTRA ARGENTINOS Y LO PEOR ES ESA CLASE DE GENTE QUE SE VENDE POR UN CHORI PAN.
A EL GOBIERNO LE CONVIENE QUE HAYA GENTE IGNORANTE A FOOL.
ME DAS ASCO LUIS D LIA.
NORBERTO.
http://limondelgintonic.blogspot.com/
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