05 febrero 2009

CASOS DE FRAUDE FISCAL EN EL EQUIPO DE BARACK OBAMA ¿QUIEN TIENE LA CULPA?...

El equipo de transición realizó un exhaustivo examen a los candidatos. En algunos casos no dio importancia a los ‘deslices’, en otros no los conocía
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El presidente Barack Obama.
Cristina Blas

Primero fue Bill Richardson, después Timothy Geithner y ahora Tom Daschle y Nancy Killefer. Los problemas de Barack Obama con algunos de sus asesores han desatado la polémica sobre si está pagando la extraordinaria rapidez con que eligió a su equipo nada más ganar las elecciones. ¿Se precipitó o sabía sus deslices fiscales pero no les dio importancia?
Fuentes cercanas al proceso de selección señalaron a The Washington Post que se hicieron exhaustivos exámenes, y los candidatos respondieron ante una corte de abogados a 63 preguntas sobre aspectos personales, profesionales y fiscales. La número 39 dice: “¿Cree que podría ser sujeto de alguna investigación fiscal o financiera?”. En la mayoría de los casos, el equipo de Obama creyó que sus credenciales eran mucho más importantes que su pasado. En el de Daschle, simplemente no lo contó. Lo que ha quedado claro es que pese a todo el capital político y los enormes desafíos que afronta, sus decisiones y designaciones van a pasar el mismo escrutinio que las de sus antecesores.
Podría parecer extraño que alguien renuncie a ocupar el cargo para el que ha sido designado sólo por un embargo de 967 dólares, como es el caso de Nancy Killefer, la que iba a controlar la eficiencia del presupuesto, pero es que los integrantes de las Administraciones de EEUU tienen que pasar un exhaustivo examen ante el Senado antes de ser confirmados... y llovía sobre mojado. Además, dado que Obama ha hecho de la ética y el cambio el leitmotiv de su presidencia, tampoco quedaría bien que hiciese la vista gorda ante los problemas con la ley y el fisco de sus elegidos. Bill Richardson era el hombre elegido para hacerse cargo de la Secretaría de Comercio, pero 15 días antes de la toma de posesión de Obama se quitó de en medio tras verse implicado en una investigación de financiación irregular.
Con uno de los hombres clave, el elegido para llevar las riendas del Tesoro, Timothy Geithner, sí que se hizo la vista gorda. Pagó deprisa y corriendo los 43.000 dólares que debía en impuestos y logró el sí del Senado. Tom Daschle no tuvo tanta suerte, renunció a la Secretaría de Sanidad y Servicios Sociales tras conocerse que defraudó 146.000 dólares en impuestos. En un principio, no se dio importancia al pequeño desliz fiscal porque quedaba compensado por la ímproba tarea que tenía por delante: sacar adelante la reforma de la Sanidad, pero los medios comenzaron a meterse y algunos republicanos ya advirtieron que Daschle podría afrontar un muy complicado proceso de confirmación. La situación no es grave y no es probable que Obama vaya a pasar a la historia por esto, pero sí tuvo que reconocer que se “la había fastidiado” con Daschle y salir a aclarar que no habrá dos varas de medir a los ciudadanos.De izquierda a derecha: el secretario del Tesoro Timothy Geithner, Nancy Killefer y Tom Daschle.

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