05.02.09 -
MERCEDES GALLEGO
CORRESPONSAL. NUEVA YORK
Barack Obama mira fijamente a su secretario del Tesoro, Timothy Geithner. / REUTERS
«Metí la pata». Tres palabras que los estadounidenses no habían oído a un presidente ni cuando Richard Nixon fue cogido in fraganti en el 'caso Watergate'. Y se echó de menos cuando George W. Bush comprobó que no había armas de destrucción masiva en Irak. Pero hubo que esperar a escucharlas el martes en boca de Barack Obama y por mucho menos. Su amigo, mentor y arquitecto para la reforma de la sanidad, Tom Daschle, acababa de dimitir por un escándalo de impuestos y de influencias, junto con su jefa para la supervisión de presupuestos.
David Gergen, un analista político que ha servido a varios presidentes desde Nixon, se remontaba a John F. Kennedy en el fracaso del desembarco de Bahía de Cochinos para encontrar un precedente parecido, pero en realidad 'el mago de Camelot' se había quitado la culpa de encima: «Un error no se convierte en error hasta que uno rehusa corregirlo, y nosotros pretendemos aceptar toda la responsabilidad», dijo el asesinado mandatario el 27 de abril de 1961.
La «refrescante franqueza» de Obama con la que salvó el peor día en su todavía corta estancia en la Casa Blanca llegó multiplicada por cinco, porque en vez de cancelar la ronda de entrevistas prevista para impulsar su plan de estímulo económico le dio carta blanca a los periodistas. «Explique lo que ha ocurrido con Tom Daschle», le exigió Anderson Cooper en la CNN. «¿Cree que usted lo estropeó al intentar mantener su candidatura después de descubrirse sus errores con Hacienda?».
Obama no vaciló: «Sí, cometí un error, y se lo he admitido a Tom. Acepto la responsabilidad». Por si quedaban dudas el informador insistió en que explicase su error: «Mira, al final yo hice campaña para cambiar la política de Washington desde abajo, y no quiero que el pueblo estadounidense interprete por mi culpa que hay dos tipos de estándares, uno para los poderosos y otro para la gente común que trabaja a diario y paga sus impuestos», aclaró el presidente. «¿Cree usted que ha perdido la talla moral que se impuso a sí mismo desde el primer día?», le machacó Cooper. «Esto fue un error, metí la pata, acepto la responsabilidad. Vamos a arreglarlo y asegurarnos de que no ocurre de nuevo».
Algunos medios habían sido especialmente duros. 'The New York Times' aludía con sarcasmo a la «nueva era de responsabilidad» que había prometido el presidente durante su discurso de toma de posesión, para señalar que se le había olvidado hablar de «los asteriscos» que excluyen a sus amigos.
Decepción y enfado
Obama pasó con dignidad por otras cuatro sesiones igual de tortuosas. «Acaba de perder hoy (por el martes) a dos de sus nominados, ¿no le hace sentirse enfadado?», preguntó Brian Williams, de la NBC. «Claro, me hace sentirme enfadado, decepcionado y es algo por lo que tengo que aceptar la responsabilidad: yo los nominé. Estoy frustrado conmigo mismo, con mi equipo... Pero al final mi trabajo es volver a encauzar esto, porque necesitamos concentrarnos en una economía que se deteriora rápidamente».
Era ese estilo directo que había prometido durante la campaña, cuando advirtió una y otra vez de que no era un hombre perfecto sino que cometería errores «pero siempre os diré la verdad». Hasta los medios que lo habían linchado en la víspera aplaudieron ayer el inmenso contraste con respecto a Bush.
Hoy en http://freeyourmindofthenwo.blogspot.com/ un vídeo sobre el Tratado de Lisboa, clave para entender su relación con la Constitución Europea, que es lo mismo en esencia, solo que el tratado ha bastado con que lo ratifiquen ellos, no han convocado un Referendum¡¡Nos la han colado!!
ResponderEliminarTambien una Noticia del diário LibertadDigital, sobre la llegada del amero.¡¡El amero llega a los medios oficiales!!
Entra a verlo!:
http://freeyourmindofthenwo.blogspot.com/
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