
Gordon Brown renuncia a darle un trato especial al candidato demócrata
El candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, el senador Barack Obama, charla con el primer ministro británico, Gordon Brown, en los jardines del número 19 de Downing Street.
EFE LOURDES GÓMEZ - Londres - 26/07/2008 11:30
En el último día de su gira por Oriente Medio y Europa, donde ha despertado mucho entusiasmo, Barack Obama, por primera vez, se vio obligado a justificar el viaje ante las críticas de su rival, el republicano John McCain. "Mi gira mundial puede causar una ligera caída en los sondeos" de intención de voto de cara a la carrera presidencial, reconoció este sábado en Londres.
"Este viaje es importante porque estoy convencido de que los asuntos domésticos no se resolverán tan efectivamente si no tenemos aliados fuertes. Quiero decirles [a los norteamericanos] en alta voz que la situación internacional nos afecta. Y quiero dar una idea de cómo será la política Exterior de una administración Obama", se justificó.
Obama presentó una figura solitaria en la etapa final de su gira en total contraste con la avalancha de masas que le aplaudió en Alemania y el trato de estadista que recibió en Francia. La obamanía no se desinfló al sobrevolar el canal de la Mancha, la noche del viernes, pero en Londres, a diferencia de Berlín y París, reinó la etiqueta protocolaria.
El candidato a la Casa Blanca está de campaña electoral y el primer ministro británico, Gordon Brown, hizo lo imposible para demostrar su imparcialidad. Ni siquiera salió al umbral de su residencia, en el 10 de Downing Street, para saludar personalmente a su invitado, el político más popular del mundo.
No hubo un apretón de manos frente a las cámaras. Algunas imágenes, eso sí, de Brown y Obama hablando y riendo en la terraza de Downing Street. También se les vio paseando por la explanada trasera que conduce a los jardines de St. James, en una breve escapada por la ciudad que al parecer se salió del guión original. "Una visita maravillosa al primer ministro. Una conversación fantástica", describió el senador por Illinois de su encuentro de dos horas con el premier británico.
Las protestas de McCain
Para entonces, Obama se había quedado solo, frente a la puerta del número 10, atendiendo a los medios de comunicación. Su rival presidencial, el republicano John McCain, había comparecido en solitario ante la prensa al visitar Downing Street, el pasado mayo, y Brown no quiso dar un trato más favorable al senador pese a la larga conexión entre los demócratas estadounidenses y los laboristas británicos.
El eco de las protestas de McCain por el éxito de la gira de su compatriota se escuchó el sábado en Downing Street. Obama recordó que el aspirante republicano ha visitado los mismos países que él y que también ha dado discursos en el extranjero.
La visita del popular senador fue el único momento de alivio para Brown, que esta semana ha sufrido otro varapalo electoral. "No tengo consejos para Brown", sonrió Obama pero le dio animó: "Uno es más popular antes de llegar al poder. Al tomar la responsabilidad, siempre harás infelices a algunos. Esto se mueve en círculos. Unas veces, soy un genio; otras, soy un idiota, según ciertos periódicos", dijo.
Antes de llegar a Downing Street, Obama se entrevistó con el anterior primer ministro, Tony Blair, más popular y reconocido en EEUU que su acorralado sucesor. Por la tarde, conoció al líder de la oposición, el conservador David Cameron, que lidera los sondeos en Reino Unido.
Poco trascendió de sus respectivos encuentros privados. El senador reiteró su objetivo de "reforzar la relación transatlántica para resolver los problemas que no puede solucionar un país individualmente" y, pese a celebrar la herencia compartida por EEUU y Reino Unido, evitó mencionar la supuesta "relación especial" entre ambos países que tanto orgullece a los británicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario