"PRIMER PERRO DE LA NACION"....

Mi columna vertebral

Por Armando Caicedo, Columnista de MundoHispánico.11/20/2008
Si quieres tener un verdadero amigo en Washington, consíguete un perro.
Presidente Harry S. Truman

Armando Caicedo
Me huelo que el jefe me pilló jugando solitario, porque me llamó de urgencia a su oficina. Empleando su mejor voz de ultratumba, me asignó la más difícil misión de los últimos tiempos.
- El nuevo presidente enfrenta enormes retos. Así que salga a la calle y consulte a la gente sobre cuál es el problema que Obama debe resolver de manera prioritaria.

Bajo su severa mirada de sargento instructor de los Marines, apenas tuve tiempo de sacar mi libretita de apuntes, y casi que no me da tiempo de empacar una tajada de pizza ("cuatro quesos y orégano") que mantengo en reserva, para estos casos de urgencia.

En vista de que mis mejores fuentes de información solo opinan "en condición de anonimato", coloqué una mesa en las vecindades de un Walmart, y pinté un aviso: "OPINE GRATIS". "Aquí escuchamos tus quejas y lamentos sin que te cueste un penny".

A los cien desocupados que asomaron sus narices por la mesa, les entregué este test:
Seleccione el tema al que Obama le debe dar la máxima prioridad:
1- ¿Mejorar la economía?
2- ¿Crear nuevos trabajos?
3- ¿Sacar las tropas de Irak?
4- ¿Darle seguro de salud a todos?
5- ¿Eliminar el recorte de impuestos para los más ricos?
6- ¿Hacer la reforma migratoria?
7- ¿Otro? (explique)
¡Qué sorpresa!
O la gente no ha perdido su sentido del humor, o la crisis económica nos tiene a todos despistados.
El 99% de los entrevistados señaló el número 7: "otro".

Y de ellos, el 100% explicó que lo más urgente es resolver cuál será el can que se ganó el título de "primer perro de la Nación" y, de paso, el honor de acompañar al "primer mandatario", a la "primera dama" y al par de "primeras herederas" en su triunfal ingreso a la Casa Blanca.

Pero claro, en su discurso de la victoria, ante 45 mil personas en Chicago, Obama se comprometió a regalarles a sus hijas un perro. La gente espera entonces que su presidente cumpla lo prometido.

Reconozco que seleccionar al "primer perro de la Nación" resulta tan complejo como declararle la guerra a Venezuela, Irán, Cuba, Bolivia y Corea del Norte en el mismo fin de semana.

De entrada, Malia, la pequeña hija de los Obama, es tan alérgica a los canes, como lo es la extrema derecha de este país a la idea de tener un presidente negro.
Y para empeorar, el perro tiene que ser mestizo, sin grandes apellidos y recogido de una perrera pública.

El protocolo con el perro también se complica.
Siguiendo la tradición democrática, la familia Bush invitó a los Obama a la Casa Blanca. Y hasta Cheney dejó de mostrar sus colmillos para recibir en la residencia vicepresidencial a la familia Biden.
Lo que ahora me desvela es si Barney (el actual 'primer perro de la Nación') invitará a la Casa Blanca al perro que desde enero lo sucederá en la alta responsabilidad de ladrarle a la oposición y de batirle la cola a la familia presidencial.
Para enredar las cosas, Barney (el perro de W) acaba de morderle un dedo al periodista Jon Decker de la agencia de noticias Reuters.

Pero en esta ocasión, yo salto en defensa del can. Pues no se trata de juzgar si el actual "primer chucho de la Nación" es de malas pulgas, sino reconocer que cualquier mascota reaccionará con furia, cuando un estúpido reportero le pregunte si los republicanos perdieron el poder por culpa de su amo.

Lo que sigue puede ser peor. Ya que tan pronto el gobierno defina cuál es el can que será coronado como "primer perro" de la Casa Blanca, los ciudadanos se enfrascarán en otro agrio debate:
¿Qué nombre le pondrán al perro?

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