Arañando los recursos
La ONU calcula en más de un millón los damnificados por el paso de Nargis por Myanmar. El mundo está listo para enviar la ayuda, sólo espera por la Junta Militar
REUTERS - 2008-05-05.
La ayuda a cuenta gotas
Soldados birmanos cargan cajas de comida y suministros a un helicóptero después de ser descargados de un avión procedente de Tailandia. El personal humanitario no puede llegar a los lugares donde el desastre es mayor porque, debido a la estricta normativa, la entrada de extranjeros en el país está muy limitada y es necesario gestionar visados.
AFP - 2008-05-05.
La fuerza del agua
Más que el viento, la verdadera tragedia la ha causado una crecida en el nivel del agua, que se ha ensañado, especialmente, especialmente en la zona arrocera del delta del Irrawaddy, una vez conocida como el 'tazón de arroz de Asia'
REUTERS - 2008-05-05.
Sin accesos, sin ayuda
Cientos de miles de personas se han quedado sin techo y sin agua potable en Myanmar. El Gobierno ha declarado el estado de emergencia. Las carreteras no son transitables y, según los analistas, las operaciones de rescate tardarán bastante tiempo en llegar hasta pueblos y poblaciones de menor tamaño.
AP - 2008-05-05.
"Luz verde" a la ayuda humanitaria
La Junta birmana ha aceptado la ayuda humanitaria de la ONU. Responsables del Programa Mundial de Alimentos se han reunido hoy en Yangon con miembros del Gobierno y han obtenido una "prudente luz verde" para enviar una ayuda y un personal que, desde 2006, ha tenido serias dificulades para desarrollar su trabajo en la zona
AP - 2008-05-05.
El 'tsunami' de 2004, en la retina
Las autoridades birmanas colocan la cifra de muertos en 22.000 y unos 41.000 desaparecidos. De esta forma, el Nargis se convierte en el fenómeno meteorológico más mortífero en Asia desde el 'tsunami' que devastó las costas del sureste asiático el 26 de diciembre de 2004. En la imagen, Nagris cerca de la costa en una fotografía de satélite
AP - 2008-05-05.
Las peores predicciones
Las cifras de la tragedia podrían crecer a medida que avanzan las tareas de rescate. Según la cadena de televsión local MRTV, controlada por la Junta, en Bogalay y Labutta, también en el delta del Irrawaddy, podrían encontrarse decenas de miles de muertos más
AP - 2008-05-05.
Sin hogar ni agua potable
Las dos divisiones más afectadas el país son Irrawaddy y Yangon, ambas cercanas al delta del río Irrawaddy. Las agencias humanitarias y ONGs han informado de que cientos de miles de personas se han quedado sin hogar y sin agua potable.
AP - 2008-05-05
Un rastro de muerte a 240 km/h
Nagris ha arrasado algunas zonas del país con fuertes lluvias y vientos de hasta 240 kilómetros por hora. El Gobierno de Myanmar maneja un balance "provisional" de 10.000 muertos y 3.000 desaparecidos. En la imagen, uno de los cientos de árboles arrancados del suelo al paso de la tormenta
AP - 2008-05-05.
El Gobierno ofrece un balance de 41.000 desaparecidos.- Mantiene el referéndum salvo en las zonas más afectadas
AGENCIAS / ELPAÍS.com - Yangon / Madrid - 06/05/2008
Las cifras de la tragedia causada en Myanmar por el ciclón Nargis aumentan día a día de forma exponencial. La televisión estatal MRTV, controlada por la Junta militar que gobierna la antigua Birmania desde hace 46 años, ha informado de que son ya más de 22.000 los muertos y 41.000 los desaparecidos por el azote de la enorme tormenta este fin de semana. El Nargis se cebó especialmente en la zona arrocera del delta del Irrawaddy, una vez conocido como el tazón de arroz de Asia, cuando Birmania era el mayor exportador del mundo de este cereal.
La Junta Militar que gobierna el país ha aceptado la ayuda humanitaria internacional que difícilmente llega a la población más afectada - ATLAS
El ministro de Exteriores Nyan Win, ofrecía esta misma madrugada un balance de 15.000 muertos y 30.000 desaparecidos. No descartaba, como no se descarta ahora, que la cifra pueda seguir aumentando. Según Nin, sólo en la ciudad de Bogalay son 10.000 los muertos. Las fotos de satélite muestran que las zonas más afectadas están casi completamente bajo el agua, debido a la crecida de las aguas que provocó el ciclón en la costa oeste del país.
"Hubo más muertes por la crecida de la marea que por la propia tormenta", ha declarado el ministro de Protección Social, Maung Maung Swe, desde Yangon (la antigua Rangún, capital del país, también muy afectada por el ciclón y donde empieza a escasear la comida y el agua. "La ola tenía hasta 12 pies (3,5 metros) de altura y barrió e inundó la mitad de las casas de los pueblos más bajos". "No tenían dónde huir", ha dicho.
Hay cientos de miles de personas que han perdido sus hogares, según la ONU, además de que muchos de los desaparecidos pueden haber muertos. Los alimentos y el agua empiezan a escasear y las epidemias pueden emerger en cualquier momento. Además, comienzan las críticas de la población al régimen militar. "El régimen ha perdido una oportunidad de oro para ganarse el corazón de la gente al no enviar a los soldados en cuanto cesó la tormenta", ha declarado un funcionario a la agencia Reuters. "¿Dónde están los soldados?", se pregunta.
En Yangon, la ciudad más importante del país, con cinco millones de habitantes, ya hay colas de gente para adquirir agua embotellada y todavía hay grandes zonas sin luz. Los precios de la comida, el combustible y los materiales de construcción se han disparado. Las pilas y velas se han agotado en las tiendas. En la antigua capital, el servicio de Internet está cortado desde el viernes, apenas funcionan los teléfonos y los residentes luchan por salvar sus propiedades en agua que les llega por las rodillas. La situación en las áreas más afectadas es mucho peor, y ni siquiera se ha podido acceder a ellas.
La población en las zonas afectadas vive desde hace tres días sin suministro de agua y de electricidad y los precios de los artículos básicos se han disparado debido a la escasez y la especulación. En la antigua capital, el servicio de Internet está cortado desde el viernes, apenas funcionan los teléfonos y los residentes luchan por salvar sus propiedades en agua que les llega por las rodillas.
El ministro de Información, Kyaw Hsan, dice que el ejército, encargado de las labores de emergencia, "hace lo que puede". La situación es de tal envergadura que el régimen, uno de los más cerrados del mundo, ha aceptado la ayuda internacional, aunque dificulta su reparto por la estricta normativa sobre el movimiento de extranjeros. Además, ha pospuesto en las zonas más afectadas el referéndum sobre la nueva Constitución previsto para el sábado.
La catástrofe causada por el Nargis es la peor tragedia vivida en Asia desde el tsunami que arrasó varios países del sureste asiático en diciembre de 2004. Además, es el ciclón más mortífero en el continente desde que otro en 1991 dejara 143.000 muertos en Bangladesh.
Catástrofe en Asia
Un viento de muerte devasta Myanmar.
El tifón Nargis causa a su paso más de 10.000 fallecidos y 3.000 desaparecidos - Los campos de arroz están destrozados, lo que agudizará la carestía de alimentos
ZIGOR ALDAMA - Shanghai - 06/05/2008
Tal y como le habían dicho, cerró las puertas, aseguró ventanas, retiró los objetos que podían desprenderse fácilmente de la fachada y tapó con tablones los puntos por los que podía colarse el agua en la casa, un edificio de dos plantas de cemento desnudo en el que viven tres familias. No fue suficiente. El sábado, el Nargis devastó su hogar, y Zaw Mot todavía busca a su tía, que regresaba del campo, entre la devastación que ha dejado el tifón.
Es la cuarta desaparecida sólo en su edificio. "La policía nos avisó de vientos fuertes y, sobre todo, de inundaciones, pero no nos prepararon para esto. Está todo destrozado, y hay muchos cadáveres. No llega la ayuda, no hay electricidad, y los teléfonos fijos no funcionan; sólo los móviles, de vez en cuando. No tenemos posibilidad de contactar con nadie, de saber si están vivos o muertos", se lamentaba anoche, en una laboriosa conversación telefónica con este periódico, el traductor de inglés de la localidad de Dedaye, en el delta del Irrawaddy, a unos 30 kilómetros al sur de Yangon, la ciudad más poblada del país.
"La tempestad voló los tejados de las casas", cuenta Aung Bein, un guía local
Según los últimos datos oficiales, Nargis ha dejado a su paso por el sur de Myanmar (ex Birmania) más de 10.000 muertos y 3.000 desaparecidos, y al menos 100.000 hogares destruidos, en la peor tragedia natural desde el tsunami que arrasó una decena de países en 2004. Ayer por la tarde se reabrió el aeropuerto de Yangon, que también ha quedado gravemente afectado por los vientos de más de 190 kilómetros por hora, y la ONU preparaba ya desde Bangkok la operación de ayuda humanitaria.
"La tempestad voló los tejados de las casas", cuenta Aung Bein, un guía local
Según los últimos datos oficiales, Nargis ha dejado a su paso por el sur de Myanmar (ex Birmania) más de 10.000 muertos y 3.000 desaparecidos, y al menos 100.000 hogares destruidos, en la peor tragedia natural desde el tsunami que arrasó una decena de países en 2004. Ayer por la tarde se reabrió el aeropuerto de Yangon, que también ha quedado gravemente afectado por los vientos de más de 190 kilómetros por hora, y la ONU preparaba ya desde Bangkok la operación de ayuda humanitaria.
La ONU estima que, además de restablecer el suministro de electricidad y de agua, es necesario repartir urgentemente tiendas de campaña, material médico, mosquiteras, utensilios de cocina y pastillas potabilizadoras. Un avión tailandés cargado con nueve toneladas de comida y medicinas despegó anoche.
Mientras tanto, en la antigua capital, la propia población se encarga de las tareas de desescombro. "Estamos tratando de cortar y de retirar los árboles de las calles y evitar el saqueo de comercios y viviendas, porque no hay ningún control de policía o ejército", contó ayer Aung Bein, guía turístico residente en la parte norte de Yangon. "Sólo los locales con generadores tienen electricidad, y los turistas están a salvo en los hoteles, pero se les ha pedido que no salgan. Muchos sólo quieren regresar a sus países, algo que no podrán hacer hasta que se normalice la situación en el aeropuerto, por lo menos en un par de días". De momento, no se ha confirmado la muerte de ningún extranjero.
El guía birmano relata las horas de terror vividas el pasado sábado en su bloque, de cuatro pisos: "Habíamos asegurado puertas y ventanas, pero el viento era mucho más fuerte que en otras ocasiones, y arrancaba hasta los tejados de las casas. Nos quedamos a oscuras, y la planta baja se inundó. Había vecinos heridos por los cristales rotos que volaban, la mayoría con cortes y golpes. El ruido era ensordecedor, parecía que todo se vendría abajo, pero finalmente el viento aminoró. Pasaron más de cinco horas". A pesar del abultado número de víctimas mortales y de desplazados, y del caos que vive el país, la Junta Militar, contra la que se enfrentaron miles de personas el pasado septiembre durante la denominada revolución azafrán, anoche todavía mantenía su intención de celebrar un referéndum constitucional el día 10. Sin embargo, un diplomático occidental citado por el diario Bangkok Post considera imposible que se den las condiciones para ello.
A Zaw Mot no le importa lo más mínimo el referéndum. Se siente afortunado porque todos sus familiares cercanos están vivos y su casa todavía permanece en pie, aunque se ha convertido en un oasis en un desierto de escombros. "Todos los edificios de alrededor, de madera, han desaparecido, y los campos de arroz se han quedado marrones. La cosecha está destrozada y la gente teme que, con los precios actuales, no sea posible sobrevivir".
La región del delta de Irrawaddy es considerada el bol de arroz de Myanmar por sus llanuras fértiles que producen al año dos cosechas, cuyo precio bate récords. "El año pasado fue el combustible, y éste será el arroz. Así no vamos a poder aguantar mucho tiempo". El Gobierno birmano se había comprometido a paliar la escasez de arroz de algunos de los países vecinos, como Filipinas, Sri Lanka y Bangladesh, pero ahora será difícil que Yangon pueda cumplir con estos compromisos. Myanmar exportó 400.000 toneladas de arroz en 2007.
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