El papa emérito Benedicto XVI saluda al papa Francisco durante un encuentro en marzo en los jardines del Vaticano.
24 septiembre 2013
04:07 PM ET
(CNN) - En las primeras declaraciones desde su renuncia, el papa emérito Benedicto XVI aseguró que nunca intentó esconder los abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes católicos.
En una larga misiva publicada en el periódico italiano La Repubblica, Joseph Ratzinger respondió a los argumentos teológicos y morales de Piergiorgio Odifreddi, un matemático y ateo italiano que escribió sobre Benedicto en 2011.
Ya este mes, La Repubblica había difundido una carta del papa Francisco, sucesor de Benedicto, al director del periódico, también ateo.
Desde su renuncia el 28 de febrero, el papa emérito había mantenido un bajo perfil mientras vive en un monasterio detrás de la Basílica de San Pedro.
La nueva carta de Benedicto llega apenas días después de la extensa entrevista que Francisco brindó a la revista La Civilta Cattolica en lo que constituye una semana extraordinaria para la comunicación papal. Y es que la mayoría de los papas modernos habían sido prácticamente inaccesibles, por lo menos para la prensa.
En el escrito de Benedicto, publicado el martes, dijo: “En lo que concierne a su mención del abuso moral de menores por parte de sacerdotes, sólo puedo, como sabe, reconocerlo con profunda consternación. Pero nunca traté de encubrir estas cosas”.
El ahora papa emérito también señaló que pese a que los sociólogos han determinado que el porcentaje de curas acusados de abusar de menores no es significativamente más alto que en otras profesiones, el dato “no tranquiliza” a la Iglesia.
Los críticos no solo objetan los abusos sino también los encubrimientos que la Iglesia ha hecho de ellos.
“Después de una carrera clerical de más de seis décadas, no hay un solo obispo, sacerdote, monja o seminarista abusador que Benedicto haya expuesto”, dijo Barbara Dorris, de la Red de Sobrevivientes de aquellos Abusados por Sacerdotes (SNAP, según sus siglas en inglés), organización con sede en Estados Unidos.
Antes de ser elegido papa, el cardenal Joseph Ratzinger estuvo al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, órgano del Vaticano responsable de tratar los casos de abuso sexual por sacerdotes.
Como papa, emitió políticas revisadas en 2010 para facilitar la salida de sacerdotes abusivos, se disculpó por la “vergüenza” que el escándalo le produjo a la Iglesia y se reunió con víctimas de abuso.
Críticos como SNAP, sin embargo, desestimaron esos gestos por considerarlos demasiado tardíos e insignificantes.
Solo en los Estados Unidos, cerca de 17.000 personas han denunciado haber sido víctimas de abuso y la Iglesia ha pagado 2.600 millones de dólares en demanas, cuentas de terapia, tarifas de abogados y gastos para remover sacerdotes del ministerio, según la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos.
En la carta del martes y en ocasiones anteriores, Benedicto XVI condenó la “suciedad” de los abusos sexuales dentro de la Iglesia. Sin embargo, aseguró que no son “exclusivos al catolicismo”. También criticó a Odifreddi por desdeñar todo el bien que la Iglesia ha hecho.
"No debemos, sin embargo, ser silenciados por el gran sendero luminoso de bondad y pureza que la fe cristiana ha marcado a través de los siglos", dijo Benedicto XVI.
En abril, en una de sus primeras declaraciones como papa, Francisco dijo que la Iglesia debe tomar “medidas decisivas” en relación a los casos de abuso sexual infantil y la protección de los niños.
En una larga misiva publicada en el periódico italiano La Repubblica, Joseph Ratzinger respondió a los argumentos teológicos y morales de Piergiorgio Odifreddi, un matemático y ateo italiano que escribió sobre Benedicto en 2011.
Ya este mes, La Repubblica había difundido una carta del papa Francisco, sucesor de Benedicto, al director del periódico, también ateo.
Desde su renuncia el 28 de febrero, el papa emérito había mantenido un bajo perfil mientras vive en un monasterio detrás de la Basílica de San Pedro.
La nueva carta de Benedicto llega apenas días después de la extensa entrevista que Francisco brindó a la revista La Civilta Cattolica en lo que constituye una semana extraordinaria para la comunicación papal. Y es que la mayoría de los papas modernos habían sido prácticamente inaccesibles, por lo menos para la prensa.
En el escrito de Benedicto, publicado el martes, dijo: “En lo que concierne a su mención del abuso moral de menores por parte de sacerdotes, sólo puedo, como sabe, reconocerlo con profunda consternación. Pero nunca traté de encubrir estas cosas”.
El ahora papa emérito también señaló que pese a que los sociólogos han determinado que el porcentaje de curas acusados de abusar de menores no es significativamente más alto que en otras profesiones, el dato “no tranquiliza” a la Iglesia.
Los críticos no solo objetan los abusos sino también los encubrimientos que la Iglesia ha hecho de ellos.
“Después de una carrera clerical de más de seis décadas, no hay un solo obispo, sacerdote, monja o seminarista abusador que Benedicto haya expuesto”, dijo Barbara Dorris, de la Red de Sobrevivientes de aquellos Abusados por Sacerdotes (SNAP, según sus siglas en inglés), organización con sede en Estados Unidos.
Antes de ser elegido papa, el cardenal Joseph Ratzinger estuvo al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, órgano del Vaticano responsable de tratar los casos de abuso sexual por sacerdotes.
Como papa, emitió políticas revisadas en 2010 para facilitar la salida de sacerdotes abusivos, se disculpó por la “vergüenza” que el escándalo le produjo a la Iglesia y se reunió con víctimas de abuso.
Críticos como SNAP, sin embargo, desestimaron esos gestos por considerarlos demasiado tardíos e insignificantes.
Solo en los Estados Unidos, cerca de 17.000 personas han denunciado haber sido víctimas de abuso y la Iglesia ha pagado 2.600 millones de dólares en demanas, cuentas de terapia, tarifas de abogados y gastos para remover sacerdotes del ministerio, según la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos.
En la carta del martes y en ocasiones anteriores, Benedicto XVI condenó la “suciedad” de los abusos sexuales dentro de la Iglesia. Sin embargo, aseguró que no son “exclusivos al catolicismo”. También criticó a Odifreddi por desdeñar todo el bien que la Iglesia ha hecho.
"No debemos, sin embargo, ser silenciados por el gran sendero luminoso de bondad y pureza que la fe cristiana ha marcado a través de los siglos", dijo Benedicto XVI.
En abril, en una de sus primeras declaraciones como papa, Francisco dijo que la Iglesia debe tomar “medidas decisivas” en relación a los casos de abuso sexual infantil y la protección de los niños.
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