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EL CICLON TOCO TIERRA CON VIENTOS DE 270 KILOMETROS POR HORA
El huracán Dean azotó México con fuertes lluvias e inundaciones
Provocó grandes destrozos materiales, pero no se informó de víctimas fatales.
CANCUN Y MEXICO D.F. DPA, AP Y EFE
El huracán Dean castigó ayer la península de Yucatán, donde derribó árboles, cables de alta tensión y viviendas
en su marcha hacia el corazón de la industria petrolera mexicana. Los balnearios de lujo no sufrieron, pero las aldeas mayas se vieron expuestas a la furia de una de las tormentas más poderosas que afectó al país en los últimos años.
El presidente de México, Felipe Calderón, que abandonó un día antes de lo previsto la III Cumbre de Norteamérica que se realizaba en Canadá para seguir personalmente la situación, dijo que no se había informado de víctimas fatales en su país, después de que el ciclón causara 13 muertes en islas del Caribe. Pero debido a las lluvias intensas, la falta de comunicaciones y los caminos intransitables era difícil determinar cuál había sido la suerte de comunidades mayas aisladas en la selva escasamente poblada donde Dean tocó tierra como huracán de Categoría 5 -con vientos de 270 kilómetros por hora- para disminuir notoriamente su intensidad a medida que se internaba en el subcontinente centroamericano.
"No fueron minutos de terror. Fueron horas", dijo Catharine Morales, una canadiense de 30 años que vive en Majahual desde hace un año. "Parecía que las paredes iban a explotar", comentó con angustia contenida.
La tormenta arrancó ventanas y trozos del techo de la casa donde viven los Morales con su hijo de siete meses. Pero afortunadamente no hubo heridos. Cientos de viviendas, en cambio, se derrumbaron en Majahual al paso del ojo del huracán, que dobló vigas de acero, destrozó estructuras de madera y se llevó la mitad del muelle de hormigón que transformó la serena aldea pesquera en un transitado destino para los cruceros marítimos. Con la marejada, el agua salada inundó casi todo el pueblo.
Dean se debilitó a medida que se aproximaba a la Bahía de Campeche, que abarca un centenar de plataformas petroleras y tres grandes puertos exportadores de petróleo. Se pronosticaba su intensificación sobre el agua antes de que toque tierra nuevamente hoy, miércoles, cerca de Laguna Verde, la única planta nuclear del país.
El ciclón provocó, sin embargo, daños en la infraestructura petrolera de México, quinto productor de crudo a nivel mundial. Pemex, la estatal Petróleos Mexicanos, anunció ayer que "es prematuro" dar una fecha de reapertura de los 407 pozos y plataformas cerrados en los últimos días en el país, pues se está pendiente de conocer la trayectoria y nivel de impacto del fenómeno meteorológico. Otras siete plataformas petroleras en el Golfo de México, donde hay unos 760 trabajadores, fueron desalojados en Veracruz.
El huracán golpeó primero Jamaica, Cuba, Haití y otras islas menores, y en Belice, Guatemala, Honduras y otros países tomaron precauciones. El gobierno hondureño, por ejemplo, suspendió ayer su "alerta roja" pero mantiene niveles de "verde" o "amarilla" en algunos departamentos. Y el cubano informó de daños materiales en las provincias orientales de Santiago y Granma.
En el pasado, hubo huracanes que parecían perder fuerza pero que, al cabo, resultaron con una carga de daño extraordinaria. Por ejemplo, en 2005, el huracán Stan ingresó a México como una tormenta tropical inofensiva de categoría 1 pero al final dejó unos 1.600 muertos entre ese país y otros de Centroamérica. Ese mismo año, el Katrina hizo estragos al sur de EE.UU. y dejó un saldo superior a los 1.700 muertos. Aunque con esas precauciones, ayer había cierto alivio en México. "Las actividades turísticas empiezan a normalizarse", dijo el titular de la Asociación de Hoteles de Cancún, Jesús Almaguer.
En este último balneario internacional, salió ayer el sol y comenzó a circular otra vez el transporte público, además de que se inició la reinstalación de los semáforos, que habían sido retirados por precaución.
También en Playa del Carmen, otro destino turístico favorito, el panorama es tranquilo. "Sólo se cayeron algunos árboles" y hubo algunas inundaciones, informó a la prensa el alcalde Carlos Joaquín González.
Según informó el gobierno azteca, casi 50 mil turistas debieron ser evacuados en los últimos cinco días.
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