Un tanque
turco fue destacado en el poblado de Akcakale, cerca de la frontera con Siria,
en las primeras horas del viernes 5 de octubre de 2012. Turquía disparó contra
objetivos sirios por segundo día aunque no tiene intensiones de declarar la
guerra a Damasco tras la muerte de cinco civiles en el poblado fronterizo a
causa de obuses disparados desde Siria. Foto AP.
DAMASCO. AFP. Los rebeldes sirios se apoderaron este sábado
de un poblado fronterizo con Turquía después de encarnizados combates contra las
fuerzas del régimen, cuyos disparos una vez más fueron a caer en territorio
turco, provocando una réplica inmediata de las tropas de Ankara.
Desde que comenzó la revuelta contra el régimen de Bashar al Asad que se
transformó en guerra civil, el ejército sirio ha perdido importantes sectores en
el norte del país a lo largo de la frontera con Turquía, ahora bajo control de
los insurgentes en el oeste o de los kurdos en el este.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el sábado los
rebeldes tomaron el control de Jirbet al Joz, en la provincia de Idleb
(noroeste), a 2 kilómetros de la frontera con Turquía, país que apoya a los
insurgentes sirios.
Los combates entre rebeldes y soldados regulares, que dejó 25 muertos en las
filas del ejército, continuaba en la tarde en los alrededores de este poblado
totalmente abandonado por sus 4.000 a 6.000 habitantes que se refugiaron en
Turquía, indicó el OSDH, con sede en Gran Bretaña y que se informa mediante una
red de militantes en el terreno.
El ejército sirio disparó, desde Jirbet al Joz, un obús contra los rebeldes
desplegados en la frontera que cayó en Turquía sin provocar víctimas.
Este incidente provocó disparos de represalia del ejército turco, indicó la
gobernación de la provincia turca de Hatay (sureste).
Después del grave incidente ocurrido el miércoles y que costó la vida a cinco
civiles turcos en otro poblado fronterizo, Turquía responde sistemáticamente
mediante salvas de artillería a los disparos sirios que caen en su territorio,
acentuando la tensión entre Damasco y Ankara y aumentando los temores de una
extensión del conflicto sirio. Signo de esta tensión, la agencia oficial siria
SANA anunció el sábado que el ejército sirio había matado en Alepo (norte) a
cuatro "terroristas" turcos combatiendo en las filas de los rebeldes.
En momentos en que las violencias hacen furor en todo el país, donde más de
31.000 personas, en su mayoría civiles, han muerto desde hace 19 meses, el
presidente Bashar al Asad efectuó una poco común aparición en público el sábado
en la mañana en Damasco, según los medios oficiales sirios.
La televisión lo mostró dando la mano a altos responsables militares y
civiles y besando a unas niñas delante del monumento a los muertos en la guerra
contra Israel en octubre de 1973.
Siempre en la capital, las fuerzas de seguridad estaban desplegadas
masivamente en el bario de Muhajirin (norte) donde efectuaba allanamientos casa
por casa, según el OSDH.
En otros lugares del país, el ejército bombardeó una vez más los bastiones
rebeldes, en particular en Alepo y en la provincia de Homas (centro), según el
OSDH.
En la misma ciudad de Homs, la tercera de Siria, el bombardeo del barrio
rebelde de Jaldiyé prosiguió y se produjeron enfrentamientos cuando el ejército
trató de ingresar a varias zonas en manos de los rebeldes.
El sábado, las violencias en el país dejaron 75 muertos, de los cuales 38
soldados, 25 rebeldes y 12 civiles, según el OSDH.
Los rebeldes amenazaron con matar a decenas de rehenes iraníes secuestrados
en Siria a principios de agosto si el ejército no se retira de la zona de Ghuta
oriental, y dieron un ultimátum que expira este sábado.
Irán, fiel aliado del régimen sirio, reclamó este sábado la liberación
inmediata de los rehenes, informó la agencia oficial IRNA.
Los rebeldes dicen que los rehenes son miembros de los Guardianes de la
revolución, tropa de elite del régimen islámico iraní.
Rusia, otro de los países que apoyan al régimen Sirio, entregó el sábado 24
toneladas de medicamentos y material médico a Siria, según la agencia SANA.
En Malta, la cumbre 5+5 que reunió a países árabes (Argelia, Libia.
Marruecos, Mauritania y Túnez) y cinco países europeos condenó en su declaración
final "los crímenes odiosos cometidos por las fuerzas gubernamentales sirias y
sus milicias y toda violencia, venga de donde venga".
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