04 octubre 2010

DILMA ROUSSEFF: LA DAMA DE HIERRO....


Un poco de la trayectoria de la economista que luchó contra la dictadura, venció un cáncer y ahora puede transformarse en la primera mujer presidente de Brasil.
Tadeu Breda desde Sao Paolo
Para Kaos en la Red
3-10-2010 a las 21:25

Dilma Rousseff Un breve resumen de la historia política de Dilma Rousseff tendrá rasgos comunes con la trayectoria de José Mujica. Ambos tuvieron una juventud bajo dictadura. No aceptaron a los militares en el poder e creyeron en la lucha armada como instrumento para derrocar el autoritarismo, pero no lograron derrumbar con fusiles a los regímenes de fuerza. Fueron detenidos, torturados y encarcelados. Una vez en libertad, empero, no abandonaron la política ni los valores democráticos. Ayudaron a fundar partidos de izquierda, integraron equipos de gobierno y, finalmente, en la madurez de sus vidas, se postularon al cargo de presidentes de sus países.
De momento, las similitudes cesan acá. Pueden incrementarse, sin embargo, después del día 3 de octubre, fecha en que los brasileños acuden a las urnas para elegir a su máximo representante. Dilma Rousseff va por delante en todos los sondeos. Tiene alrededor del 50% de los votos válidos y puede transformarse, ya en la primera ronda de los comicios, en la más nueva compañera de Pepe en el panteón de jefes-de-estado suramericanos. Para ello, cuenta con el soporte del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien ocupó el Palacio de la Alvorada durante los últimos ocho años y va encerrando su mandato con el 80% de aprobación popular.
La campaña del Partido de los Trabajadores (PT) ha trabajado duro para pegar la imagen victoriosa de Lula –considerado uno de los mayores líderes mundiales de este comienzo de siglo– a la personalidad casi anónima de Dilma Rousseff. Hasta el momento, por lo menos según los sondeos, han tenido un éxito tremendo en la estrategia electoral.
El discurso político de Dilma se construye a partir del papel central que tuvo en cuanto coordinadora del equipo de gobierno en la gestión del PT. La candidata trabaja al lado de Lula desde el mismo 2003 en que el presidente tomó posesión. Empezó prestando sus servicios como ministra de Minas y Energía. Allí lideró la implantación del programa Luz para Todos, que expandió el acceso a electricidad en los rincones más lejanos del país.
Tras las denuncias de corrupción que en 2005 abalaron los cimientos del gobierno, derrumbaron los hombres más cercanos a Lula y provocaron una crisis de identidad en el PT, Dilma pasó a ocupar la Casa Civil –denominación que en Brasil se da a una especie de ministerio de Gobernación–. Al asumir las funciones de coordinadora del equipo de ministros, según ella misma dice, Dilma pasó a ser el “brazo derecho e izquierdo” del presidente. Tuvo gran destaque en la planificación y ejecución del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), responsable por restituir el protagonismo del Estado en la economía. En su primera etapa, el PAC ya ha invertido un 70% del presupuesto total, estimado en R$ 656 mil millones, sobre todo en obras de infraestructura.
Al asumir la maternidad del PAC, Dilma empezó a ganar la disputa política dentro del PT para la sucesión de Lula. Con los ex ministros Antonio Palocci (Economía) y José Dirceu (Casa Civil) manchados por denuncias de corrupción y alejados de la escena pública, sólo quedaba Marina Silva –entonces titular del Medio Ambiente– como adversaria en la carrera para conquistar la preferencia del presidente. En este período, dos proyectos de gobierno estaban en pugna, y el desarrollista, defendido por Dilma y materializado en el PAC, acabó venciendo la postura más “ecológicamente correcta” de Marina. Lula prefirió dar su respaldo a la construcción de plantas hidroeléctricas y carreteras en la Amazonía sin “perder el tiempo” con las “trabas ambientales” legítimamente defendidas por Marina Silva para medir y reducir el impacto de las obras. La ministra del Medio Ambiente pasó a enfrentar la oposición de sectores dentro del gobierno y en parte de la opinión pública –que le veían como enemiga del desarrollo– y finalmente dejó el PT, abriendo paso para la ascensión definitiva de Dilma rumbo a las elecciones de este año.
Antes de integrar el gobierno federal, empero, la delfina de Lula tuvo solamente dos experiencias en la administración pública. La primera fue como secretaria de Economía en la alcaldía de Porto Alegre, entre 1985 y 1988. A la época, Dilma aún no pertenecía al PT, sino al Partido Democrático Trabalhista (PDT), que ayudó a fundar. Su cambio de partido se dio solamente en el 2000, tras una disputa electoral interna de su ex agremiación política. Sin embargo, antes de dejar el PDT, Dilma asumió entre 1993 y 1994 la secretaría de Energía, Minas y Comunicaciones del estado de Río Grande do Sul. Dilma regresaría al puesto en 1998 tras la elección de Olivio Dutra, del PT, para el gobernó del estado.
A los que ponen en duda su experiencia política, la candidata del PT suele contestar conoce mucho de ejecución, comando y gerenciamiento. “Conozco a los problemas de las municipalidades, de los estados y del gobierno federal porque estuve en todos ellos”, recuerda. “Es verdad que no tengo experiencia electoral, pero a lo largo de toda mi vida trabajé con política, respiré política y aprendí a tener sensibilidad política. Soy el resultado de mi historia y de lo que hice en el gobierno del presidente Lula. Su éxito también es mío.”
La trayectoria política de Dilma empezó a los 16 años. En el mismo año que los militares dieron el golpe y asumieron el gobierno brasileño, la joven Dilma ingresó en el Colegio Estadual Central de Belo Horizonte. El régimen militar y la progresiva falta de libertad en el país la acercaron a los ideales socialistas y al movimiento estudiantil. Nacida en una familia de clase media alta, hija de padre empresario y madre profesora, la militancia en los movimientos de resistencia a la dictadura llevó Dilma a ingresar en la Política Operaria (POLOP).
Allí demostró simpatía por la ala más radical de la organización, que creía en la lucha armada como instrumento para llevar el país hacia el socialismo. Como la actividad guerrillera no era unanimidad entre los integrantes del POLOP, Dilma dejó el grupo juntamente con otros compañeros para fundar el Comando de Liberación Nacional (COLINA). A finales de los años 60 el COLINA emprendió atracos a bancos, robos de automóviles y dos atentados a bomba que no dejaron víctimas. Fue en esta época que Dilma se casó por primera vez y accedió a la universidad para estudiar Economía.
Tras sufrir golpes duros del Ejército, empero, el COLINA se enfraqueció y no vio se vio forzado a fundirse con otras organizaciones de izquierda continuar peleando contra la dictadura. Entonces se creó la Vanguarda Armada Revolucionaria Palmares (VAR-Palmares). No hay informaciones seguras y precisas acerca de las actividades de Dilma en la guerrilla. Alguns ex camaradas dicen que ella era uno de los principales liderazgos del grupo y que ejercía funciones importantes en la organización de los ataques. Otros dan testigo de que su papel en la VAR-Palmares era secundario.
Lo que se sabe es que los órganos de inteligencia del gobierno militar monitoraba constantemente los movimientos de Dilma por el país. Por combatir la dictadura, Dilma fue obligada a cambiar muchas veces de nombre –se hizo llamar Estela, Wanda, Luiza, Marina y Maria Lúcia– y mudarse de ciudad. Además de Belo Horizonte, vivió en Río de Janeiro, São Paulo y Porto Alegre. “Me enorgullezco mucho de haber luchado en contra de la dictadura del primero al último día, porque luché por la democracia”, dice. Dilma, sin embargo, niega que haya manejado un arma en la vida. “Pertenecí a organizaciones política de combate a la dictadura, pero jamás me involucré en la lucha armada.”
Aun así frecuentó los calabozos del régimen y pasó por secciones de tortura. Fueron 28 meses en la cárcel. Pero quizás uno de los periodos más difíciles de su vida Dilma lo vivió recientemente. El año pasado, la entonces ministra de la Casa Civil reveló que estaba submetiéndose a tratamentos contra un cáncer que había atingido su sistema linfático. Estuvo internada, recebió quimioterapias y perdió los cabellos. Se vio obligada a usar peluca hasta que un diagnóstico médico le anunciara la cura.
Ahora, durante la campaña, el principal enemigo de Dilma son las denuncias de la prensa contra miembros del PT supuestamente involucrados en nuevos casos de corrupción y quiebras del sigilo fiscal de adversarios políticos. La oposición también sugiere que un eventual gobierno de Dilma puede poner en riesgo la joven democracia brasileña. Los ataques son diarios, pero de momento no han influenciado el resultado de las encuestas. Así las cosas, la trayectoria política de Dilma seguirá el mismo camino que llevó el ex tupamaro José Mujica a la presidencia del Uruguay – y, de ahí, a lo que su capacidad política pueda lograr.

Reproducido de: Kaos en la red

1 comentario:

  1. buenos


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