
E.L.R.
Abdul Farouk Abdul Mutalab, el autor del atentado fallido, ocupaba el asiento 19A cuando intentó detonar el dispositivo incendiario. «Sonó como un petardo», afirmó Syed Jafry, uno de los pasajeros del vuelo 253 de Northwest. Segundos después, empezó a salir humo y se desató el pánico. Enseguida la gente se echó encima del nigeriano, según explicó este hombre de 57 años, natural de Ohio. Elias Fawaz, otra de las personas a bordo, dijo que le pareció que había «explotado un globo».
Abdul Farouk Abdul Mutalab, el autor del atentado fallido, ocupaba el asiento 19A cuando intentó detonar el dispositivo incendiario. «Sonó como un petardo», afirmó Syed Jafry, uno de los pasajeros del vuelo 253 de Northwest. Segundos después, empezó a salir humo y se desató el pánico. Enseguida la gente se echó encima del nigeriano, según explicó este hombre de 57 años, natural de Ohio. Elias Fawaz, otra de las personas a bordo, dijo que le pareció que había «explotado un globo».
Como si de Pasajero 57 se tratara, la película en la que Wesley Snipes interpreta a un agente secreto que reduce a un terrorista en un avión, algunas de las personas a bordo intervinieron para doblegar al atacante con ayuda de la tripulación. Después, el sospechoso fue trasladado a la parte delantera de la cabina con los pantalones bajados. «Pensé que se los habían bajado para que no pudiera correr, pero era por el fuego», explicó Zina Saiga, otra de las pasajeras.Este tipo de incidentes se prestan siempre a crear nuevos héroes, y el de ahora es Jasper Schuringa, quien, tras la confusión inicial, vio un objeto en llamas entre las piernas del atacante. No se lo pensó dos veces «Me abalancé sobre él para quitárselo y apagarlo», relató este joven de Amsterdam que sufre quemaduras leves en sus manos.
Después, desnudó al sospechoso para comprobar que no llevara más explosivos. «Me alegro de haber estado ahí», añadió.
LA GRAVEDAD / No todo el mundo se enteró de lo que estaba ocurriendo, sobre todo en la parte trasera del aparato. Richelle Keepman dijo que empezó a comprender la gravedad de los hechos cuando vio «el miedo en los ojos» de la tripulación. Otra de las personas sentadas tres o cuatro filas más atrás fue la que se levantó de su asiento como un resorte y logró hacer un placaje sobre el sospechoso. «Lo inmovilizaron muy bien», indicó Keepman.
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