27 julio 2007

ESPERAN "EFECTO DOMINO" DEL ACUERDO DE LA IGLESIA


Ahora el turno es para las diócesis de San Bernardino y la de San Diego

Alejandro Canoalejandro.cano@laopinion.com 22 de julio de 2007SAN BERNARDINO.—

El acuerdo millonario entre la Arquidiócesis de Los Ángeles con los abogados de 508 supuestas víctimas de abuso sexual, pactado el lunes pasado, podría motivar a la Diócesis de San Bernardino a tomar la misma decisión para responder a 19 casos de supuesto abuso sexual en la región.

Quieren que Mahony ‘rasgue sus vestiduras’

NUEVA YORK.— El cardenal de Los Ángeles Roger Mahony aprobó un abultado plan compensatorio para los demandantes de abusos sexuales del clero, abrió los archivos de la Iglesia Católica de los sacerdotes afectados por el escándalo y se disculpó la semana pasada por el tratamiento a las supuestas víctimas. Con todo, quizá no sea suficiente para apaciguar a determinados sectores.

Para financiar la parte de los 660 millones de dólares en compensaciones que corresponden a la Arquidiócesis, el cardenal tendrá que vender propiedades, liquidar inversiones y reducir gastos, desmantelando lo que construyó durante más de dos décadas como arzobispo de la ciudad.

Pese a ello, sus detractores se preguntan si el cardenal debería haber hecho más para controlar a los sacerdotes con instintos depredadores en la mayor arquidiócesis católica de Estados Unidos.
Los obispos responden solamente al Vaticano, que tiene que aprobar parte de la financiación del acuerdo, pero todo líder religioso necesita gozar de la confianza de sus feligreses.

"Reconoció que cometió algunos errores y se disculpó", comentó el reverendo Thomas Reese, del Centro Teológico Woodstock, de la Universidad de Georgetown.

El acuerdo logrado la semana pasada fue rubricado la víspera del juicio civil en el que el cardenal Mahony habría sido interrogado por haber mantenido a varios sacerdotes depredadores en sus parroquias sin haber informado de ellos a los padres o a la policía.

Como parte del acuerdo, la arquidiócesis acordó difundir los antecedentes de los clérigos acusados, lo que podría haber expuesto cualquier relación directa entre Mahony y los sacerdotes culpables que supervisó.

Empero, cada sacerdote ligado a los 508 casos de Los Ángeles podría haber apelado la difusión de los antecedentes.

Kathy Freberg, representante legal de seis demandantes, aseguró que el acuerdo de Los Ángeles pondrá a las diócesis de San Bernardino y de San Diego en el ojo del huracán.
"Todas las diócesis de California con problemas de abuso sexual han llegado a un acuerdo con las víctimas, excepto la de San Bernardino y la de San Diego. Están utilizando la excusa de que están en bancarrota", indicó Freberg.

Según Freberg, la diócesis no ha demostrado interés en resolver el problema que ha venido acarreando durante más de dos décadas y que involucra al menos a tres sacerdotes y a otros miembros de la Iglesia.

"Hemos intentado llegar a un acuerdo pero la Iglesia [católica]se ha rehusado", dijo. "Ojalá que imiten las acciones de la Arquidiócesis de Los Ángeles y lleguemos a un acuerdo pronto".

La Diócesis de San Bernardino no contestó varios intentos de comunicación de La Opinión. Sin embargo, el reverendo Howard Lincoln, vocero de esa diócesis, comentó a un periódico local que el momento para lograr un acuerdo está cerca.

"Estamos haciendo lo posible para llegar a un acuerdo. Es cuestión de tiempo", indicó Lincoln al Press Enterprise.

La acción judicial, entablada hace cuatro años, exige compensación monetaria para un total de 19 demandantes de abuso sexual de varias ciudades de Inland Empire.
A pesar de que "ni todo el dinero del mundo devolverá la inocencia", Freberg dijo que "la Iglesia debería hacerse responsable y cesar de ignorar los daños irreversibles que se cometieron".
"Entendemos que el dinero no sanará la herida pero, por lo menos, demostraremos que el que la hace la paga. Durante años la Iglesia se ha sentado en la última fila tratando de ser ignorada, pero ya llegó su tiempo de encarar los problemas", expresó Freberg.

La demanda alega que los sacerdotes Patrick O’Keeffe, John Schmidt y Jesús Armando Domínguez cometieron actos lascivos contra un número indeterminado de niños durante las décadas de los 70; 80 y principios de los 90.

O’Keeffe, según Freberg, está en Irlanda desde su retiro en 1994 y Schmidt se jubiló en 1995.
Acerca de Domínguez, Freberg y las autoridades creen que se esconde de la justicia en alguna ciudad de México, de donde es originario.

La última vez que Domínguez fue visto fue en 2001, luego de recibir probatoria por cometer actos sexuales con niños de entre 13 años y 17 años de edad. Desde entonces, Domínguez forma parte de la lista de los más buscados por el FBI.

Según las autoridades, Domínguez fue sacerdote en la iglesia de Nuestra Señora de La Soledad en la ciudad de Coachella, ubicada en el condado de Riverside, unas 130 millas al este de Los Ángeles. Allí, según las autoridades, Domínguez tenía contacto con cientos de niños que eran acólitos y que asistían a clases de catecismo para la Primera Comunión.

De allí, Domínguez fue transferido en 1987 a la iglesia Saint James de la ciudad de Perris, en el mismo condado, donde habría abusado de por lo menos 58 niños.
"Debería estar tras las rejas y la Iglesia debería tener vergüenza de haber sido cómplice de sus fechorías. Muy pronto, la justicia llegará", concluyó Freberg.

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