29 julio 2007

EL INFORME OPPENHEIMER: UN ENCUENTRO CON BARACK OBAMA

27 Julio 2007
Actualizado: 11:04 PM hora de Cd. Juárez

Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y El Nuevo HeraldMiami—

No me sorprendí demasiado cuando el senador Barack Obama dijo en el debate presidencial demócrata del lunes pasado que, de ser electo, se sentaría a hablar con Fidel Castro y Hugo Chávez. Obama me lo había dicho el día anterior –entre muchas otras cosas–, aunque con matiz importante.En una entrevista sobre temas internacionales, y América Latina en particular, el aspirante presidencial demócrata criticó la política exterior del presidente Bush como excesivamente “basada en la antipatía hacia Hugo Chávez”, y me dijo que no sólo se sentaría a hablar con el presidente de Venezuela “bajo ciertas condiciones”, sino que también viajaría a Bolivia, el principal aliado de Venezuela en Sudamérica, al principio de su presidencia.“Nuestra influencia ha disminuido en el mundo”, me dijo Obama en la entrevista realizada en Miami el domingo. “Hemos visto una incapacidad de encontrar oportunidades constructivas con países que a lo mejor están inclinados hacia la izquierda, pero que están tratando de hacer lo correcto por su gente. Esa es una diferencia fundamental que pienso será reflejada en una presidencia de Obama”.¿Qué haría, concretamente?, le pregunté. “El punto de partida sería reconstruir las alianzas que se han deshilvanado en años recientes, viajar desde el principio a países claves como Brasil, Argentina, Chile, pero también Bolivia, países en que hay una presunción de que no tenemos intereses comunes. Yo pienso que sí los tenemos”.



Al día siguiente, en el debate de los aspirantes demócratas organizado por CNN y You Tube, Obama fue blanco de críticas cuando respondió afirmativamente a la pregunta de si él estaría dispuesto a reunirse sin condiciones previas en el primer año de su presidencia con los jefes de estado de Irán, Siria, Venezuela, Cuba y Corea del Norte.Cuando se le preguntó en el mismo debate lo mismo a la senadora Hillary Clinton, la ex Primera Dama aprovechó la ocasión para diferenciarse de Obama, y pintarlo como un novato. Clinton dijo que ella no se reuniría de inmediato con estos presidentes, sino que haría que otros funcionarios tuvieran pláticas exploratorias antes, porque “no quiero ser utilizada con fines propagandísticos”.



Obama había sido más cauto en nuestra entrevista del día anterior. Cuando le pregunté si se reuniría con Chávez, me dijo: “Bajo ciertas condiciones, yo siempre creo en la necesidad de dialogar. A veces es más importante hablar con tus enemigos que con tus amigos”.En otros temas, preguntado sobre si alguna vez visitó algún país latinoamericano, Obama me dijo que no. “Obviamente, yo sólo he estado en el Senado de los Estados Unidos por tres años, así que la oportunidad de viajar (a la región) todavía no se ha presentado”.¿Podría nombrar dos o tres líderes de América Latina que admira?, le pregunté. “Pienso que la actual presidenta de Chile está haciendo un trabajo extraordinario, y parece una persona muy solidaria”, dijo, refiriéndose a la presidenta Michelle Bachelet. “Parte de lo que estoy viendo en ella y varios otros líderes latinoamericanos, y que ojalá veamos pronto en los Estados Unidos, es un menor énfasis en la ideología y un mayor énfasis en soluciones prácticas”, agregó.
Preguntado sobre su voto en contra del Tratado de Libre Comercio con América Central y la República Dominicana, Obama dijo que “nuestras oportunidades de expandir el comercio con América Latina son extraordinarias, pero debemos estar seguros de que los acuerdos comerciales reflejen los intereses de nuestros trabajadores, y no sólo el de las corporaciones”. Agregó: “El Tratado de Libre Comercio con México es un buen ejemplo: indudablemente hizo aumentar las ganancias de las empresas de Estados Unidos y de las empresas de México, pero si miras las consecuencias para los agricultores mexicanos, no ha sido algo bueno para ellos”.
Mi opinión: Obama se equivoca sobre el libre comercio –el tratado comercial con México ha sido en líneas generales muy bueno para los mexicanos, y para los estadounidenses– y el candidato probablemente está demasiado amarrado a los sindicatos de trabajadores de Estados Unidos, cuyas preocupaciones por los trabajadores extranjeros son una excusa para proteger a sus miembros de la competencia extranjera.Pero no creo que, de ser electo, Obama sería tan ingenuo como para reunirse con Chávez de inmediato, por el mero gusto de hacerlo, y arriesgarse a que el venezolano lo insulte públicamente –como suele hacer a diario– al minuto siguiente.Lo más probable es que Obama está haciendo un juego político: en su calidad de No. 2 en las encuestas demócratas, Obama necesita proyectarse como el candidato del cambio –y dejar a Hillary como la candidata del sistema– y ganar el apoyo del ala más liberal de su partido, cuyo activismo será clave en las primarias del partido.De manera que no estoy sorprendido por lo que dijo Obama en el debate, aunque le hubiera ido mucho mejor si hubiera matizado su afirmación, como lo había hecho el día anterior en la entrevista..

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