Viernes 18 de Mayo, IAR Noticias / Informe especial
Bush y los halcones del lobby sionista que controla la Casa Blanca han iniciado una ofensiva para rescatar a Wolfowitz (uno de sus integrantes más emblemáticos) de la vergüenza de ser expulsado como un vulgar corrupto de la presidencia del Banco Mundial y para mantenerlo al frente de esa institución financiera clave para la política exterior imperial estadounidense.
Paul Wolfowitz, otrora considerado el "cerebro" del lobby sionista que controla la Casa Blanca, despojado de todo atisbo de dignidad y de vergüenza, ayer martes imploró perdón a los directivos del Banco Mundial quienes estudian su destitución ante su negativa a renunciar.
Wolfowitz, uno de los principales planificadores de las invasiones a Irak y Afganistán, ideólogo, junto a Rumsfeld y a Cheney, del proyecto de "remodelación del Medio Oriente" y del programa de torturas en las zonas ocupadas, ha enfrentado llamados para que dimita a su cargo desde que se conocieron los detalles sobre su responsabilidad en otorgar un aumento salarial para su amante, Shaha Riza, también funcionaria del banco. Los que lo conocieron, citados por los medios estadounidenses, no pueden creer que sea Wolfowitz el funcionario que pide disculpas humillado y con cara de vencido por haber gestado un vulgar acto de corrupción en favor de su amante en el Banco Mundial (BM) que todavía conduce.Según medios y analistas estadounidenses, en las últimas horas la Casa Blanca ha estado presionando intensamente a las potencias integrantes y a los directivos del Banco Mundial para que permitan la continuidad de Wolfowitz al frente de la institución financiera. Tony Snow, portavoz de la Casa Blanca, dijo a los periodistas que Wolfowitz estaba de acuerdo en que "se cometieron muchos errores", pero que no se trataba de un "delito flagrante". "Hay dos líneas en este momento", dijo Snow. "Primero, que dejamos claro que apoyamos a Paul Wolfowitz. Lo otro es lo que sea mejor para la institución". Como consecuencia de estas presiones, la Junta Directiva del Banco Mundial aplazó al menos hasta el miércoles la decisión sobre el futuro de Wolfowitz al frente del BM, acusado de "violar los reglamentos" de la institución. Wolfowitz, acusado de haber violado las condiciones de su contrato y de crear un conflicto de intereses, dijo a la Junta que no deberían obligarlo a renunciar. Pero fuera de la situación humillante y desvergonzada de Wolfowitz, para Bush y el lobby sionista conservador existen razones de peso estratégico para presionar y tratar de sostenerlo al frente del Banco Mundial.
Institución clave del poder imperialPor medio de la utilización política de su poder financiero, de su estratégica posición en la Casa Blanca y en los centros de decisión, los grupos financieros del lobby judío ejercen influencia decisiva en la política interna y externa de EEUU, además de desempeñar un papel dominante en la financiación de los partidos políticos, de los candidatos presidenciales y de los congresistas. Las principales instituciones financieras del lobby (Goldman Sachs, Morgan Stanley , Lehman Brothers, etc) y los principales bancos (Citigroup, JP Morgan y Merrill Lynch, etc), influyen decisivamente para el nombramiento de los titulares de la Reserva Federal, el Tesoro, y la secretaría de Comercio, además de los directores del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.Un ejemplo de esta ligazón es el nombramiento, en el 2005, de Paul Wolfowitz, ex subsecretario de Defensa, considerado el "cerebro" del lobby judío de Washington, como titular del Banco Mundial. Otro ejemplo destacado, fue el nombramiento de Henry Paulson, presidente ejecutivo de Goldan Sachs como secretario del Tesoro de Estados UnidosA través de los créditos y políticas de "ayuda" el Banco Mundial es un instrumento clave de la política imperialista para controlar y someter a los gobiernos periféricos a todo tipo de chantaje y exigencia de cumplimiento de programas de ajuste económicos a cambio de darles auxilio financiero e n el "combate contra la pobreza".En 1944 las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial crearon en Bretton Woods nuevas instituciones económicas para reordenar un sistema capitalista en profunda crisis desde la Gran Depresión de los años 30 y agravado entonces por el conflicto bélico. De esos acuerdos para reordenar y reciclar el sistema capitalista nacieron el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
El "banco de los pobres"El Banco Mundial se constituyó formalmente como una organización para financiar la reconstrucción económica posterior a la guerra y se convirtió rápidamente en un importante prestamista para los países en desarrollo. Hasta 1990 el Banco Mundial no declaró que la "reducción de la pobreza" es uno de sus objetivos prioritarios. Tanto el FMI como el Banco Mundial comparten el mismo objetivo: un modelo basado en el "libre comercio", búsqueda de la mayor rentabilidad sin restricciones, y la preferencia del negocio de la empresa privada sobre el sector público. Curiosamente, estas dos entidades, el FMI y el Banco Mundial, representantes de las finanzas globales y de las transnacionales capitalistas del lobby sionista, son presentadas como una solución global a la pobreza en el mundo.Tanto el Banco Mundial como el FMI (su hermano complementario) están controlados en sus resortes decisivos por EEUU (su principal aportante y quien decide su conducción) y las potencias del Norte, impulsores y beneficiarios del sistema de explotación capitalista impuesto como norma aceptada y universal.De esta manera, las potencias centrales y EEUU controlan más de las dos terceras partes de los votos del Banco Mundial. El Banco Mundial tiene como objetivo principal la concesión de créditos a los gobiernos y se convierte de esta manera en fuente de financiación para el desarrollo de los países empobrecidos. Pero para conseguir acceso a los créditos del Banco Mundial, un país debe comprometerse a seguir políticas económicas diseñadas por el FMI: programas de estabilización y de ajuste estructural socialmente muy traumáticos, que colocan al "libre mercado" y a la rentabilidad empresarial por encima de las personas, y sólo benefician prioritariamente a las grandes empresas y bancos transnacionales.Los créditos del Banco Mundial son casi la única fuente de ingresos para los programas sociales de ayuda de los países más pobres. Pero el hecho de que estos países se vean obligados a seguir las reglas de libre mercado y de rentabilidad capitalista impuesta por el FMI y el BM, les obliga luego a recortar sus programas sociales para pagar la enorme deuda que contraen con el BM y la instituciones crediticias internacionales. El informe Meltzer, en febrero de 2000, realizado por una comisión internacional de asesoramiento para las instituciones financieras internacionales, detectó y reveló que el 80% de los recursos del Banco Mundial no se destinaban a los países más pobres, sino a los países en desarrollo con mayor potencial de inversiones y rentabilidad garantizada.En este escenario, no sorprende que el Banco Mundial haya sido el autor de un informe para reciclar, con nuevos métodos gerenciales, el negocio con la pobreza en el mundo, y que dicho proyecto se haya gestado durante la presidencia de Wolfowitz, uno de los personajes claves del lobby.Ante la vergonzosa situación de corrupción barata por la que atraviesa Wolfowitz el el Banco Mundial (un vulgar "ladrón de gallinas" al frente de la institución financiera más poderosa del mundo imperial-capitalista) no sorprende que el lobby sionista de Washington utilice todo su poder de presión para mantenerlo en el sillón. De Wolfowitz, el lobby financiero que controla Wall Street, el complejo militar industrial y la Reserva Federal, puede decir con propiedad: "Es feo, pero es nuestro".
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