• El quinto oro del nadador devuelve credibilidad a un Mundial controvertido
Phelps celebra la victoria estadounidense en la final de 4x100 estilos de los Mundiales de Roma, ayer. Foto: AP / Michael Sohn
Phelps celebra la victoria estadounidense en la final de 4x100 estilos de los Mundiales de Roma, ayer. Foto: AP / Michael Sohn
JOSÉ MARÍA EXPÓSITOBARCELONA
En los Mundiales de la suspicacia, de los récords bajo sospecha logrados con bañadores con fecha de caducidad (cuatro más en la última jornada), Michael Phelps emergió en Roma para rescatar a la natación del descrédito.
El campeón de Baltimore cerró ayer los campeonatos con su quinto oro y cuarta plusmarca mundial, esta vez con el equipo de 4x100 estilos de EEUU, tercera en el medallero por detrás de China y Rusia. España acabó décima en los mejores Mundiales de su historia, con un oro, siete platas y tres bronces, aunque solo estas tres últimas fueron logradas en la natación pura.En ocho días de competición, 43 récords del mundo han caído, cuando entre los tres Mundiales anteriores se batieron solo 38.
De las 40 pruebas que integraban el programa, 31 tienen nueva plusmarca mundial. Y la mayoría gracias a una guerra tecnológica que inició Speedo y que casi hunde a su buque insignia. Pero Phelps solo hincó la rodilla en una prueba, el 200 libre, con el reconocimiento de su rival, Paul Biedermann, de que no estaban en igualdad de condiciones.Ayer, en la prueba que clausuró los campeonatos –a la que España no pudo entrar pese a mejorar el récord nacional (3.32.11)–, fue definitivo para que EEUU ganara y batiera con 3.27.28 la marca mundial lograda en Pekín (3.29.34). Y lo hizo con una posta de 49,72 segundos, una décima más rápido que el sábado al batir la plusmarca de 100 mariposa.
Cuando el año que viene la FINA imponga los bañadores textiles y la natación regrese a 1999, Phelps seguirá siendo un nadador del futuro.WILDEBOER, CUARTO / Para España, con 11 medallas, este ha sido el mejor Mundial de su historia. Un resultado maquillado por la fructífera sincronizada, pero es que la natación pura no se subió al podio ni en Montreal 2005 ni en Melbourne 2007. Además, el equipo español regresa con un oro (en combo) que no saboreaba desde Barcelona 2003 (Nina Jivanevskaia). Más aún, el último podio español masculino en natación clásica databa de 1994 (Martín López-Zubero), hasta la llegada de Rafa Muñoz y Aschwin Wildeboer.El espaldista catalán estuvo a punto de sumar ayer, en su tercera final, otro bronce, pero con 24.57 se quedó a las puertas del podio en los 50 metros espalda, en una carrera en la que Liam Tancock rebajó su plusmarca mundial (24.04). Esta vez, por cierto, Wildeboer usó un bañador Arena y no el Jaked, porque «en la última tirada no les han salido como los primeros. Han tenido que fabricar tantos que no han podido hacerlos tan bien», explicó.
El vallisoletano Marco Rivera, por su parte, repitió ayer en los 1.500 libre la séptima plaza (15.01.92) lograda en los 800.«Hemos hecho un gran campeonato, los números hablan por sí mismos», resumió el director técnico de la Federación Española, Luis Villanueva. «Hemos lanzado un mensaje de optimismo. Estamos a punto para subir al siguiente escalón. Si queremos llegar a Londres con opciones de medalla, tenemos que pensar ya en el Mundial de Shanghái 2011».
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