Diez aviones y 14 barcos siguen rastreando el océano Índico, a 2.300 kilómetros de la ciudad australiana de Perth. Las baterías suelen durar 30 días y ya pasaron cinco semanas.
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Cinco semanas después de la desaparición del avión de Malaysia Airlines, tiempo que suelen durar las baterías de las cajas negras, los funcionarios que comandan la búsqueda en el océano Índico comienzan a temer que se apaguen las señales acústicas. La carrera de los investigadores ya pasó a ser contrarreloj para localizar las cajas y evitar que la señal sonora desaparezca para siempre.
Al no detectarse nuevas señales en el fondo del mar, el primer ministro australiano Tony Abbot dijo ayer que quizá deba continuar "por mucho tiempo" la búsqueda intensiva del avión perdido.
Abbot moderó así sus declaraciones en comparación con las que había efectuado el viernes durante su visita a China, donde se reunió con el presidente Xi Jinping, oportunidad en la que se manifestó "muy seguro" de que las últimas señales procedían de las cajas negras del Boeing 777.
Las cuatro señales detectadas la semana pasada por un dispositivo especial de la Armada estadounidense, a bordo del buque de defensa australiano "Ocean Shield", en un primer momento se creyeron provenientes de la caja del vuelo MH370. Pero finalmente no resultó ser así.
Abbot confesó ayer que continúa siendo ardua la labor de encontrar al avión desaparecido el 8 de marzo cuando se dirigía de Kuala Lumpur a Pekín.
"Nadie debe subestimar las dificultades que enfrentamos en esta tarea", dijo Abbot en la última jornada de su visita a China. "Hemos reducido considerablemente la zona de búsqueda, sin embargo es una tarea gigantesca ubicar algo a 4,5 kilómetros de profundidad en el océano a unos 1.600 kilómetros de tierra firme", agregó.
El centro conjunto de coordinación de agencias (Jacc), que lleva a cabo las operaciones desde Perth (oeste de Australia), indicó ayer que la zona de rastreo donde aviones y barcos buscan los restos ha sido reducida de nuevo.
Los expertos que determinan la estrategia seleccionaron unos 41.393 kilómetros cuadrados situados a 2.331 kilómetros al noroeste de Perth, la capital del Estado de Australia Occidental.
El viernes se examinó un área de 46.713 kilómetros cuadrados a 2.312 kilómetros al noroeste de Perth.
En total, ayer, diez aviones y 14 barcos participaron en las operaciones.
El buque australiano "Ocean Shield" continuó con su objetivo de rastrear las cajas negras con el localizador que lleva a bordo, con la esperanza de volver a reconectar señales.
"Los (localizadores) AP-3C Orion proseguirán con el barrido acústico, en colaboración con Ocean Shield. El buque oceanográfico (británico) HMS Echo está también trabajando en el área con Ocean Shield", detalló el centro de coordinación.
El objetivo es delimitar y reducir la zona de búsqueda marina lo más posible antes de enviar un sumergible, y se trabaja contrarreloj porque la batería de las cajas negras dura en general unos 30 días, plazo que venció el lunes pasado.
Los aviones comerciales tienen dos cajas negras, que en realidad son de un color rojo anaranjado, una que registra los datos técnicos del vuelo como velocidad y altitud, y otra que graba las conversaciones. Ambas relaciones permitirán a los expertos esclarecer qué sucedió con el avión de Malaysia Airlines.
El vuelo MH370 había despegado de Kuala Lumpur con 239 personas a bordo rumbo a Pekín en la madrugada del 8 de marzo y desapareció de los radares civiles de Malasia unos 40 minutos después de despegar.
Viajaban a bordo 153 chinos, 50 malasios, siete indonesios, seis australianos, cinco indios, cuatro franceses, tres estadounidenses, dos neozelandeses, dos ucranianos, dos canadienses, un ruso, un holandés, un taiwanés y dos iraníes que utilizaron los pasaportes robados a un italiano y un austríaco.
Un submarino a la espera
Los investigadores pretenden ubicar la localización exacta de la fuente de las señales -o lo más cerca posible- para enviar después un robot sumergible a fin de que busque los restos del aparato. Sin embargo, el submarino no será desplegado hasta que las autoridades estén seguras de que ya no se captan otras señales electrónicas. El sumergible "Bluefin 21" tarda seis veces más en cubrir la misma zona que el localizador de señales.
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