Son ya 81 las personas que se agolpan en el diminuto peñasco deshabitado, algunas desde hace cuatro días. Tres menores serán trasladados pero el resto permanecerá en Isla de Tierra
El desafío que le surgió al Gobierno español con la llegada de 19 inmigrantes el pasado miércoles a Isla de Tierra, un diminuto islote de soberanía española pegado a la costa marroquí, no ha hecho más que empezar. La pasada noche, otras 68 personas de origen subsahariano han desembarcado en el peñasco, según ha confirmado el Ministerio del Interior, a donde llegaron por tierra. Son ya 81 los inmigrantes que aguardan en la diminuta isla, a 130 kilómetros de Melilla, confiando en que serán trasladados a la Península o a la ciudad autónoma.
Tres de los recién llegados son menores. Serán conducidos a Melilla, probablemente conducidos según fuentes de Interior. El miércoles pasado, cuando llegaron a Isla de Tierra los primeros 19, tres menores, sus dos madres y una mujer embarazada también fueron trasladados de inmediato al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla. Lo justificaba su extrema vulnerabilidad.
El Gobierno no se pronuncia sobre el destino del resto de los inmigrantes, pero su delegado en Melilla, Abdelmalik El Barkani, ha hecho reiteradas declaraciones esta semana en las que acusa a las mafias que trafican con personas de estas llegadas a un islote y no se responsabiliza de lo que pueda ocurrir, aunque sí les han facilitado mantas y comida. Transmite la impresión de que se les dejará allí hasta que regresen a Marruecos, cuya costa está a unas decenas de metros del islote.
Vídeo grabado por un aficionado que muestra la situación del Peñón de Alhucemas y la localización de Isla de Tierra, mientras decenas de marroquíes se bañan en la playa.
“Cualquier consecuencia indeseable que pudiera derivarse del acceso irregular a territorio nacional no es consecuencia de la política de este Gobierno en materia de inmigración sino de quienes hacen negocio a costa de explotar a seres humanos, incluidos los más vulnerables, como los menores”, dijo el viernes El Barkani a través de un comunicado de prensa.
Casi al mismo tiempo de que la patera acostase la Isla de Tierra, unos 60 inmigrantes intentaron saltar la valla que rodea Melilla, pero, según la Delegación del Gobierno, no lo consiguieron. A lo largo del verano la presión migratoria, a través de la valla, sobre la ciudad autónoma ha sido muy intensa, sin precedentes desde los asaltos masivos de hace siete años.
Las aspiraciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla
Coincidiendo con el nuevo desembarco de inmigrantes, Abdesslam Boutayeb, presidente del Centro de la Memoria Común hispano-marroquí, ha hecho pública hoy una carta dirigida, fundamentalmente, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que le insta a “establecer una comisión independiente de la verdad, justicia y construcción del futuro, integrada por expertos” de ambos países. Su objetivo sería “abordar el pasado común de los dos países empezando por los episodios que incluyen de manera directa y negativa sobre el presente y el futuro para encontrar soluciones a sus secuelas (…)”.
Boutayeb no menciona a Ceuta y Melilla, pero su lenguaje recuerda mucho al de la célebre “célula de reflexión” sobre el futuro de ambas ciudades que en los años noventa el rey Hassan II propuso crear el entonces presidente, Felipe González y que este rechazó.
El centro que encabeza Boutayeb recibe financiación pública marroquí y ha organizado múltiples seminarios sobre las relaciones con España y alguno específico sobre Ceuta y Melilla en el que los participantes pidieron su descolonización.
Tres de los recién llegados son menores. Serán conducidos a Melilla, probablemente conducidos según fuentes de Interior. El miércoles pasado, cuando llegaron a Isla de Tierra los primeros 19, tres menores, sus dos madres y una mujer embarazada también fueron trasladados de inmediato al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla. Lo justificaba su extrema vulnerabilidad.
El Gobierno no se pronuncia sobre el destino del resto de los inmigrantes, pero su delegado en Melilla, Abdelmalik El Barkani, ha hecho reiteradas declaraciones esta semana en las que acusa a las mafias que trafican con personas de estas llegadas a un islote y no se responsabiliza de lo que pueda ocurrir, aunque sí les han facilitado mantas y comida. Transmite la impresión de que se les dejará allí hasta que regresen a Marruecos, cuya costa está a unas decenas de metros del islote.
Casi al mismo tiempo de que la patera acostase la Isla de Tierra, unos 60 inmigrantes intentaron saltar la valla que rodea Melilla, pero, según la Delegación del Gobierno, no lo consiguieron. A lo largo del verano la presión migratoria, a través de la valla, sobre la ciudad autónoma ha sido muy intensa, sin precedentes desde los asaltos masivos de hace siete años.
Las aspiraciones marroquíes sobre Ceuta y Melilla
Coincidiendo con el nuevo desembarco de inmigrantes, Abdesslam Boutayeb, presidente del Centro de la Memoria Común hispano-marroquí, ha hecho pública hoy una carta dirigida, fundamentalmente, al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que le insta a “establecer una comisión independiente de la verdad, justicia y construcción del futuro, integrada por expertos” de ambos países. Su objetivo sería “abordar el pasado común de los dos países empezando por los episodios que incluyen de manera directa y negativa sobre el presente y el futuro para encontrar soluciones a sus secuelas (…)”.
Boutayeb no menciona a Ceuta y Melilla, pero su lenguaje recuerda mucho al de la célebre “célula de reflexión” sobre el futuro de ambas ciudades que en los años noventa el rey Hassan II propuso crear el entonces presidente, Felipe González y que este rechazó.
El centro que encabeza Boutayeb recibe financiación pública marroquí y ha organizado múltiples seminarios sobre las relaciones con España y alguno específico sobre Ceuta y Melilla en el que los participantes pidieron su descolonización.
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