02 diciembre 2010

HILLARY CLINTON LLAMÓ CRISTINA KIRCHNER POR ESCÁNDALO DE WIKILEAKS....


La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, llamó este jueves a la presidenta argentina, Cristina Kirchner, por la filtración de cables diplomáticos por la web WikiLeaks, informó a la AFP una vocera de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires.
La funcionaria de la oficina de prensa de la sede diplomática declinó dar detalles sobre la llamada, los que luego fueron develados en Washington por el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
En la mañana de este jueves Clinton “hizo breves llamadas al presidente (Asif Ali) Zardari de Pakistán y a la presidente Fernández de Kirchner de Argentina”, para “lamentar ante ambos mandatarios la divulgación de los documentos clasificados”, dijo Crowley.
El funcionario resaltó que en la llamada a Kirchner, Clinton expresó “la importancia de la amistad” de Argentina con Estados Unidos y ambas manifestaron su voluntad de seguir trabajando en conjunto.
En uno de los cientos de miles de cables diplomáticos estadounidenses filtrados por WikiLeaks que comenzaron a ser divulgados desde el fin de semana, el Departamento de Estado pidió a la embajada en Buenos Aires verificar el “estado mental y salud” de Kirchner.
Otros cables revelados el jueves, fechados en diciembre de 2009 señalan que el gobierno argentino se mantenía “indiferente a las políticas antilavado (de dinero)” y que “los Kirchner y su círculo tienen mucho para ganar si continúan manteniéndose laxos”.
Asimismo, el Departamento de Estado también indagó sobre eventuales acciones militares de Argentina, sola o con apoyo de Venezuela, por la exploración petrolera británica en las Islas Malvinas.
“Este es un problema de los Estados Unidos, no nuestro. No estoy dispuesto a darle entidad a esta estupidez”, dijo el miércoles el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, consultado sobre las filtraciones.
El llamado de Clinton se sumó a otro que había efectuado el miércoles el subsecretario adjunto para Asuntos Políticos del Departamento de Estado, William Burns, al canciller argentino Héctor Timerman.
Poco antes de la comunicación de Hillary Clinton, la vocera de la embajada de Estados Unidos en Argentina, Shannon Farrell, había negado que los diplomáticos de su país fueran espías, aunque admitió la “incomodidad” que produjo la filtración de los documentos por WikiLeaks.
“No somos espías. No hacemos espionaje. Recabamos información. El hecho de que lo hagamos en privado no implica que seamos espías”, dijo Farrell a la radio El Mundo.
“Ahora que se han publicado (los cables) entiendo que mucha gente está incómoda por lo que está escrito en los informes y les puedo asegurar que también nosotros estamos incómodos”, admitió la vocera.

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