06 noviembre 2010

LOS CRISTIANOS DE BASE PIDEN MENOS POMPAS A RATZINGER....

El Papa Benedicto XVI se dirige a los periodistas durante su vuelo entre Roma y Santiago de Compostela.- AP
Benedicto XVI, a bordo del avión que le trasladará de Santiago de Compostela a Barcelona- EFE
El papa Benedicto XVI oficia la misa con motivo del Año Santo en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela.- EFE
Vista general de un grupo de sacerdotes en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela donde el papa Benedicto XVI oficia la misa con motivo del Año Santo ante miles de personas.- EFE
La princesa Letizia recibe la comunión de manos del Papa.- EFE
Los Príncipes de Asturias esperan la llegada del Papa en el escenario construido frente a la catedral de Santiago.-

MAIOL ROGER - Barcelona - 06/11/2010
El Papa es humano, y no divino. Con esta premisa, centenares de cristianos de base, representantes de una treintena de asociaciones, llenaron ayer la parroquia de Santa Maria del Pi de Barcelona para celebrar un acto en el que reivindicaron una actitud diferente de Joseph Ratzinger en su visita a la ciudad. "Como cristianos recibiremos al Papa, pero no nos gusta este tipo de visita, con tanta pompa y ostentación de poder", resumió Joan Oñate, presidente de Esglèsia Plural. Para Oñate, el objetivo es lograr un papado diferente, que sea "un modelo de igualdad, de participación y de sencillez".

La celebración, en la que se entonaron varios cánticos y plegarias, fue una reivindicación de la igualdad de todos los cristianos. Los organizadores leyeron varios textos para situar en contexto lo que, para ellos, debe ser la figura del Papa: encíclicas papales, reflexiones de obispos y teólogos, postulados de derecho canónigo y fragmentos del Evangelio, como este de San Mateo (23, 8-9): "No deis a nadie el nombre del Padre, aquí en la Tierra, porque Padre solo tenéis uno, el del cielo".
Una piedra y una llama sirvieron para simbolizar todo el mensaje que los cristianos de base quisieron expresar: una piedra, que pasó de mano en mano, en recuerdo a la piedra sobre la que san Pedro edificó la primera iglesia; y una llama, para señalar la presencia de Dios en todos los cristianos.
Los organizadores leyeron una carta abierta en la que critican la "imposición de criterio" de Roma y en la que piden una visita papal "sin pompa ni seguridad, confiando en la providencia, representando la caridad y la pobreza". El deseo de estos cristianos es que la institución eclesiástica cambie para que todo el mundo pueda ser Papa "sin ningún tipo de discriminación por género, raza, o condición sexual".

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