25 abril 2007

Càmara desafìa a Bush...

EL CONGRESO APRUEBA LA RETIRADA DE IRAK
EL JEFE DE LAS FUERZAS DE ESTADOS UNIDOS EN IRAK, EL GENERAL DAVID PETREAUS, SE DESPIDE DE LOS PERIODISTAS, DESPUES DE PRESENTAR UN INFORME ANTE LOS CONGRESISTAS SOBRE LA SITUACIÒN EN IRAK.

EEUU: Cámara desafía a Bush y aprueba proyecto sobre retirada de Irak.

En virtud de ese proyecto, la salida de alrededor de 150.000 efectivos estadounidenses debería concluir en marzo del próximo año. La Cámara de Representantes desafió este miércoles la amenaza de veto del presidente George W. Bush y aprobó un proyecto de ley que ordena el comienzo de la retirada de las tropas estadounidenses de Irak a partir de octubre de este año. En virtud de ese proyecto, la retirada de alrededor de 150.000 efectivos estadounidenses debería concluir en marzo del próximo año. La iniciativa, que será sometida a votación el jueves por el Senado, fue aprobada por 218 votos a favor y 208 en contra, pese a las advertencias del jefe de las fuerzas de EE.UU. en Irak, general David Petraeus, quien señaló que una medida de ese tipo sumirá a ese país en el caos. El proyecto prevé una asignación extraordinaria de 124.000 millones para financiar las operaciones de las tropas en Irak. El presidente Bush había advertido que vetará cualquier proyecto que establezca plazos para la permanencia de las tropas estadounidenses en ese país árabe. Según el legislador demócrata, John Murtha, uno de los más férreos críticos de la guerra, la aprobación del proyecto supone un llamamiento para que la Casa Blanca rinda cuentas por los errores cometidos en el conflicto. Murtha fue el último orador demócrata en el debate que precedió a la votación que reflejó la intensa división que ha provocado la guerra en el espectro político estadounidense. Poco antes, el también demócrata James McGovern dijo: "Este terrible capítulo de nuestra historia debe terminar (...) !Basta!". "Nuestras tropas están involucradas en una guerra civil sin un enemigo claro y sin una estrategia clara para el éxito", afirmó, por su parte, el líder de la mayoría demócrata, Steny Hower. Sin embargo, el republicano Jerry Lewis, advirtió que la decisión será vista por "Al Qaeda, como el día en que la cámara tiró la toalla". Fuentes legislativas manifestaron que se espera que la medida también sea aprobada mañana por estrecho margen en el Senado, para ser enviada después para la promulgación del presidente Bush. El debate y aprobación del proyecto también constituye el mayor enfrentamiento entre el Congreso, que controla los fondos para el conflicto, y la Casa Blanca, que tiene la autoridad constitucional para el manejo de la guerra. Bush ha reiterado una y otra vez que vetará el proyecto y esa advertencia fue repetida hoy por la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, quien lamentó la "muy trágica situación" en Irak, pero afirmó que una retirada militar "creará un vacío de poder" en ese país árabe. La única posibilidad de superar el veto presidencial sería que los detractores del conflicto en el Congreso de EE.UU. pudieran conseguir más de dos tercios de los votos de los legisladores. Según fuentes del Congreso, esa posibilidad es virtualmente inexistente debido a la escasa mayoría que los demócratas tienen en ambas cámaras legislativas. En un intento por neutralizar la marea de oposición a la guerra, el general Petraeus se reunió hoy con los legisladores a puerta cerrada para informarles sobre la situación en Irak. Fuentes legislativas indicaron que en ese encuentro el militar indicó que ésta ha mejorado y repitió su advertencia de que una retirada estadounidense provocaría el caos en Irak. Posteriormente, en una reunión con periodistas, Petraeus señaló que los asesinatos sectarios han disminuido en Irak y que el progreso en la provincia de Anbar ha sido "increíble". También manifestó que el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, "está haciendo todo lo posible" por conducir al país. Durante su reunión a puerta cerrada con los periodistas, un grupo de manifestantes se reunió frente al Congreso para gritar consignas contra la guerra y exigir que "las tropas vuelvan, ahora". EFE

Fuente: EFE

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BUSH REITERA AMENAZA DE VETO CONTRA PLAN DEMOCRATA.

El mandatario dice estar ‘decepcionado’ por el curso que se da a la salida de Irak

25 de abril de 2007WASHINGTON, D.C. (EFE).—

El presidente estadounidense, George W. Bush, dejó claro ayer que no aceptará las condiciones que buscan imponer los demócratas para la conducción de la guerra en Irak, en el marco de una lucha de poderes que no tiene visos de solución.
En un encuentro con la prensa, Bush dijo sentirse "decepcionado" por el rumbo que escogieron los demócratas que controlan el Congreso, al imponer un cronograma para el repliegue paulatino de las tropas estadounidenses en Irak.
El texto final del proyecto de ley de gastos —acordado anoche por los legisladores y que debe ser votado a más tardar el viernes— "ata las manos de los militares, añade millones de dólares en gastos no relacionados con la guerra y establece una fecha para la retirada de las tropas", explicó.
Al reiterar su amenaza de veto, el mandatario acusó a los demócratas de politizar la guerra y señaló que aceptar su proyecto de ley "sería aceptar una política que llanamente contradice el juicio" de los comandantes militares.
La evolución de la guerra en la nación árabe, donde persiste la espiral de violencia, ha atizado el debate nacional sobre cuál es la mejor estrategia de salida y cómo efectuarla sin empeorar la inestabilidad en la zona.
El resultado es una lucha de poderes entre el Congreso, que controla los fondos, y el Ejecutivo, que tiene la autoridad constitucional para la conducción de la guerra, en momentos en que los políticos tienen la vista puesta en los comicios de 2008.
La oposición, otrora acusada por Bush de ser "antipatriota" por criticar la guerra, ha querido destacar ante la opinión pública que el conflicto bélico solo ha aumentado las bajas estadounidenses e iraquíes y ha desgastado la imagen de Estados Unidos en el mundo.
Pero en sus declaraciones de seis minutos, el jefe de la Casa Blanca aseguró que una apresurada retirada de las tropas "no es un plan para la paz", permitiría que los terroristas encuentren santuario en Irak y "desataría el caos" en toda la región.
El acuerdo alcanzado anoche sobre la medida, que contempla unos 124,000 millones de dólares —incluyendo 90, 000 millones dólares para los gastos militares en Irak y Afganistán—, establece que la retirada debería comenzar el próximo 1 de octubre para completarse seis meses después.
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, ha insistido en que el gobierno de Bush no quiere oír la verdad del "fracaso" de la aventura estadounidense en el país árabe.
"El presidente aparentemente permanece en un peligroso estado de negación sobre la situación en Irak y su impacto en nuestra seguridad acá en casa", dijo Reid en un comunicado, en respuesta a la nueva advertencia del mandatario.
Agregó que el Congreso quiere entregarle a Bush un proyecto de ley que provee los fondos militares que necesita para la guerra y también "un final responsable" a una contienda que se ha cobrado la vida de más de 3,200 soldados estadounidenses.
Reid vende la propuesta demócrata como una fórmula para instrumentar una estrategia que sí funcione porque, asegura, una retirada de las tropas obligaría al gobierno iraquí a cumplir con una serie de metas para la estabilidad política.
Pero Bush y grupos conservadores afines no comparten esa idea porque creen que la salida de los soldados de Irak envía un mensaje equivocado al enemigo y, peor aún, solo augura la expansión del caos.
"Hay muchas preguntas sobre las consecuencias de una retirada y la reacción del enemigo, que no han recibido suficiente escrutinio. El enemigo no va a distinguir entre tropas de combate y entrenadores militares", comentó Thomas Donnelly, analista de seguridad nacional del conservador American Enterprise Institute.
"Los demócratas no tienen los votos para superar un veto presidencial, no hay respuestas claras. Mientras tanto, los iraquíes están pagando un precio muy alto por nuestra incapacidad de ganar esta guerra", agregó.
Donnelly se refería, entre otras cosas, a la pesadilla logística que supone la retirada de los 155 mil soldados en Irak, con todo el armamento bélico acumulado a lo largo de cuatro años de ocupación.
Según una encuesta reciente de ABC News y el Washington Post, la mayoría de los estadounidenses cree que Estados Unidos perderá la guerra en Irak pero, a la vez, está fuertemente dividida sobre si una retirada de esa nación es o no aconsejable.


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