Jaime Richart
Para Kaos en la Red
17-8-2010 a las 19:49
Un capitalismo que poco tiene que ver con el capitalismo desbocado occidental cuyo leit motiv es construir y destruir, y cuyas leyes fiscalizadoras están pensadas para ser burladas.
China es el ejemplo vivo de cómo una sociedad comunista puede alcanzar las más altas cotas de prosperidad para desembocar en el capitalismo moderado, lo que equivale a tolerar una cierta libre concurrencia. Pero nada tiene que ver un capitalismo habitado por comunistas, con un capitalismo fustigado por capitalistas cuyas únicas miras son despedazarse entre sí con gravísimas consecuencia para ellos, para el resto de la humanidad y para el equilibrio de la biosfera…
China llevaba muchos lustros pisando los talones a la superpotencia. Pero ya llama a sus puertas. China es la segunda potencia mundial. De modo que ya se dirá si no ha valido la pena imbuir de comunismo la mentalidad de mil millones y medio de habitantes a base de inculcar igualitarismo y conciencia social; igualitarismo y conciencia social, que son justamente las ideas fuerza de las que carece el capitalismo que, además, lucha con uñas y dientes contra ellas.
Ahorrénse los que acostumbran a rebuscar argumentos para azotar al comunismo esgrimiendo lo indeseable que es el precio medido en libertad que tiene que pagar la colectividad comunista. Evítenlo, pues disponemos de una batería de alegaciones. Pero como la razón no es prolija y no debe serlo, baste el siguiente florilegio:
Uno, todo es cuestión de proponerse hacer una sociedad más justa sin empeñarse en ver en la desigualdad y en las diferencias entre los seres humanos precisamente motores de estímulo y de placer del individuo. Dos, la racionalidad consiste justo en evitar la depredación que rige a la jungla. Tres, China es el paradigma, y con arreglo a él todavía es posible regenerar a la sociedad capitalista.
Es decir, desde el capitalismo debemos ir al comunismo, y desde el comunismo regresar al capitalismo depurado. Esta es, a mi juicio, la enseñanza que el orbe occidental debiera sacar de la nación china.
Primero, porque en la sociedad capitalista todos somos siervos de los ricos. Segundo, porque si la libertad es por sí sola ilusoria, en el capitalismo sólo la libertad íntima tiene cuerpo y realidad, la otra, la pública, está condicionada y embridada, como no puede ser de otro modo en toda colectividad. Y tercero, porque si en el comunismo todos los ciudadanos tienen en el Estado un jefe, en el capitalismo tienen a ese jefe, pero, además, tienen a otro jefe por cada cabecilla de cada institución, y además, otro jefe en cada empresario.
El comunismo chino ha resistido los embates de la envidia y de la insidia de las superpotencias capitalistas, y por eso está a punto de desbancar del liderazgo mundial al coloso de la injusticia social, de la falsa libertad y de la abominación llevada a las naciones que no se le someten. Cuando el acontecimiento del predominio económico de China se consume, habrá empezado la cuenta atrás del capitalismo.
La Rusia soviética tuvo la justa y santa impaciencia de no hacer caso a Marx cuando advertía que el socialismo real debía llegar con la sociedad evolucionada postindustrial. Ahí quedó como prueba de esa impaciencia santa y justa la genial obra de Einsenstein “El acorazado Potemkin”… Pues empiezan a asomar aquellas condiciones objetivas exigidas por Marx.
Esperemos que bien sea en el plazo de una década o de un siglo, la combinación del empuje silencioso de China y el derrumbe del entibamiento podrido que sujeta al capitalismo florezcan en el definitivo reino del comunismo mundial. Para salvar al planeta y a la especie humana, no otra cosa puede esperarse sino el aquilatamiento entre la producción y el consumo de lo básico, como el ajuste fino y gradual de la producción y consumo de lo superfluo.
Jaime Richart en Kaos en la Red
¿Habrá que pasar por "grandes saltos" y "revoluciones culturales" para llegar a ese socialismo al que llegó China y que despues convirtió en "Capitalismo Depurado o moderado"?
ResponderEliminar¿Cuan igualitario y socialmente conciente es un chino actual sobre todo si no ha vivido la etapa de "construcción socialista"? ¿Cuánto cambiarán aún?
¿Ya ves por donde cojea todo eso?