Beyoncé, Magic Johnson, Samuel L. Jackson y José Andres, entre los invitados
- La fiesta, a la que había que acudir cenado, se prolongó hasta las 2 de la madrugada
- La Casa Blanca repartió contadas invitaciones a personalidades cercanas
- Michelle pidió a los invitados 'traer los zapatos cómodos para bailar'
Felicitación de Barack Obama a la primera dama. Casa Blanca
Unas 300 personas se juntaron a los Obama -Barack y Michelle- para celebrar bailando el 50º aniversario de la primera dama de Estados Unidos. La cantante Beyoncé cantó durante casi tres cuartos de hora en una actuación que incluyó la mayor parte de sus éxitos y en la que hizo una exhibición vocal que dejó sin palabras a gran parte de los asistentes, a pesar de que éstos eran, en gran parte, gente del mundo del entretenimiento. La estrella, sin embargo, fue el presidente -con permiso de la homenajeada-, que dio una vez más muestra de su capacidad dialéctica con un discurso dedicado a su esposa que, según muchos de los asistentes, fue memorable.
Entre los invitados estaban el chef y empresario nacido en España José Andrés, el actual embajador de EEUU en Madrid, James Costos, y su pareja, James Smith, y su predecesor en el cargo, Alan D. Solomont, que acudió con su esposa, Susan.
La cantante Beyoncé y el chef José Andrés, invitados. Efe
Fue una fiesta dedicada al baile. Y muy informal, como indica el hecho de que la corbata no fuera obligatoria, y que también los vaqueros estuvieran permitidos. Desde el Rythm and Blues más clásico de la Motown hasta Lady Gaga sonaron en una celebración que acabó a las dos de la madrugada, una hora bastante avanzada en Estados Unidos. Previsiblemente, entre los que más bailó estuvo la propia Michelle, vestida con un traje-pantalón rojo. La invitación ya había dejado claro que los asistentes debían llevar zapatos cómodos, aunque una parte de la asistencia femenina desoyó la recomendación y se plantó con tacones estratosféricos que fueron combinando con calzado más confortable guardado, en la mejor tradición estadounidense, en sus bolsos.
Ente los invitados estaban el actor Samuel L. Jackson y el ex jugador de baloncesto Magic Johnson, acompañado de su esposa, Cookie. También estaba el cantante 'Smokey' Robinson, uno de los últimos supervivientes de la era de gloria de la Motown, un sello discográfico centrado en la ciudad de Detroit y que ocupa un lugar central en el Rythm and Blues negro del periodo 1950-1980. Una ausencia destacada fue la de la presentadora de televisión y empresaria Oprah Winfrey, que asistía, en el otro extremo del país, a la entrega de los premios de la Asociación de Críticos de Los Angeles. Sí estuvieron el pianista de jazz Herbie Hancock y el cantautor James Taylor, además de la presentadora de televisión Gayle Taylor. Las hijas de los Obama -Sasha y Malia- llevaron a amigos suyos.
Magic Johnson y Samuel L. Jackson también acudieron.
La invitación oficial de la Casa Blanca había insistido en que los asistentes cenaran antes de ir, lo que desató una oleada de comentarios. Sin embargo, la celebración empezaba a las 9 de la noche, una hora a la que muchos estadounidenses ya han cenado. Y, además, la excelente cocina de la Casa Blanca había preparado canapés y picoteo de sobra.
Los Obama convirtieron la mayor parte de la primera planta de la Casa Blanca -la llamada Planta de Estado- en el escenario de la fiesta. ¿Las dos salas en las que se celebran cenas de Estado? Fiesta. ¿La Sala Este, en la que tienen lugar las recepciones oficiales? Fiesta. Claro que esos nombres tampoco deben asustar, porque, a fin de cuentas, la Casa Blanca es bastante pequeña. Muy en el estilo de los Obama, la fiesta estuvo calculada para que todo el mundo tuviera espacio para moverse y tener conversaciones privadas.
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