Los descendientes de los esclavos de la plantación de la familia del candidato republicano en Misisipi mantienen el apellido de sus antiguos amos
YOLANDA MONGE - Washington - 25/10/2008
En blanco y negro. Así se escribe, hasta en los detalles más curiosos, la elección presidencial que podría llevar a la Casa Blanca a un ciudadano cuyos padres, un negro y una blanca, tenían prohibido casarse en la mitad de los Estados de la Unión hace poco más de 50 años. Cuando el país se divide entre la continuidad o el cambio; cuando Estados Unidos enfrenta el reto histórico de elegir presidente al negro Barack Obama frente al blanco John McCain, sale a la luz una parte de la historia más oscura de esta nación, una historia que representa la perfecta metáfora de todo este debate. El pasado esclavista de los antepasados de McCain narra como pocos episodios la magnitud de lo que está en juego el 4 de noviembre.
Lillie McCain: "Siempre hemos sabido los unos de los otros"
"Obama es la mejor persona para el cargo de presidente en este momento"
La foto de una mujer de cortísimo pelo -teñido de canas- con gesto desafiante y orgulloso era portada del diario The Wall Street Journal hace unos días. Era una historia con nombre propio. La historia de Lillie. Una historia que comparten decenas de miles de mujeres y hombres negros que con su trabajo hicieron rico a Estados Unidos. Con una peculiaridad: el apellido. Lillie no se apellida Freeman (hombre libre), como otros muchos descendientes de esclavos liberados. Lillie posee el apellido que su tatarabuelo adoptó de sus señores (propietarios) una vez concluida la guerra civil norteamericana. Lillie es una McCain. Una McCain negra.
Los McCain -negros- tienen una larga y orgullosa tradición en la construcción de Estados Unidos. Desde su Misisipi natal se opusieron a la segregación, resistieron las ardientes embestidas del Ku Klux Klan y formaron parte de las campañas a favor de los derechos civiles de los negros.
Todo ello a partir de 1860. Porque antes, tan cerca o tan lejos como 1812, depende desde qué óptica se mire, William Alexander McCain, blanco tatarabuelo del actual candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, fue dueño de una plantación de 120 esclavos.
De entonces le viene el apellido a Lillie. De cuando Isom, su tatarabuelo, que nunca rompió lazos con su antiguo amo, al que consideraba un buen patrón que no abusaba de sus esclavos, tuvo que elegir identidad. Y eligió la de los antepasados de John McCain.
Lillie McCain asegura hoy a Douglas Blackmon, autor del libro Slavery by another name (El otro nombre de la esclavitud) y delegado de The Wall Street Journal en Atlanta, que no guarda resentimiento ninguno hacia el candidato que comparte su apellido. "No soy consciente de que haya en la familia animadversión alguna. Siempre hemos sabido los unos de los otros y nos hemos aceptado", explica la señora McCain.
No obstante, a sus 56 años, esta profesora de psicología en Mott Community College, en Flint (Michigan), asegura que su voto será para Obama. Pero no por su color de piel. "Es la mejor persona para el cargo en este momento de nuestra historia", proclama.
Tan sólo cinco generaciones separan a Lillie de Teoc, la plantación que todavía hoy poseen los McCain -blancos- en Misisipi y donde el senador de Arizona pasaba sus veranos cuando vestía pantalones cortos. Muchos de los descendientes de aquellos McCain -blancos y negros- todavía viven en el sureño Misisipi. Una vez al año suelen reunirse. "Entre nosotros nos llamamos primos", relata Lillie McCain a The Wall Street Journal. Y dicen que llaman Joe a Joseph McCain, hermano pequeño del veterano político.
¿Conexión biológica?
La sombra de la duda sobre si la sangre blanca se mezcló con la sangre negra existe en la mente de los McCain -negros-. "Conociendo cómo trataban los amos a los esclavos me resultaría cuando menos poco común que no la hubiera habido", dice con una media sonrisa Lillie McCain en la cadena de televisión CNN. El autor de Slavery by another name, que llegó a la historia de ambas familias después de que un lector de su trabajo le alertara de la conexión entre los McCain blancos y los negros, asegura que no le consta. Y un portavoz de la campaña del senador declinó hacer ningún comentario.
En su relato de lo vivido, Lillie McCain rememora el día que escuchó a Martin Luther King en Greenwood (Misisipi). También recuerda su detención y la de sus dos hermanos tras una marcha por los derechos civiles en Jackson organizada por el Comité No Violento de Estudiantes, cuyo líder, Stokely Carmichael, acuñó la expresión black power. Poco después del paso de Carmichael por la ciudad, la iglesia sucumbía a las llamas del Ku Klux Klan. En 1969, la negra señora McCain culminaba otro reto: fue una de las primeras afroamericanas en graduarse en uno de los pocos institutos que tenían educación mixta.
"Más importante que los McCain tuvieran o no esclavos hace 150 años es lo mucho que han avanzado los afroamericanos en este país en ese tiempo", explica Blackmon. Tanto como que el 44º presidente de la nación puede ser negro.
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