13 julio 2008

INGRID BETANCOURT HA CONCEDIDO UNA ENTREVISTA EN PARIS....

Ingrid Betancourt ha concedido una entrevista en ParísREUTERS/ Jacky Naegelen
La ex candidata ha concedido una entrevista a The New York Times
"Todos tenemos un animal en nuestro interior", afirma Betancourt
Durante su cautiverio coincidió con 3 norteamericanos que trabajaban en el Pentágono
"Tengo que saber qué voy a hacer con mi vida a partir de ahora"

Informe Semanal analiza la liberación de 15 rehenes de las FARC, entre ellos Ingrid Betancourt.
Una semana después de su liberación, Ingrid Betancourt ha concedido una entrevista a The New York Times en la que ha hablado acerca de su cautiverio y de sus sensaciones en libertad.

"Tengo que olvidar para encontra la paz en mi alma y estar capacitada para perdonar". Así habla la ex candidata a la presidencia de Colombia, secuestrada durante más de seis años por las FARC "Sé que tendré que recordar, pero tengo que filtrar mis recuerdos para que no vuelvan con el dolor que siento ahora", ha dicho. Betancourt sabe que esos recuerdos llegarán "como el rugido de las olas del mar, que sabes que está llegando y que se acerca", pero asegura que no quiere volver a caer en la depresión.

Durante el secuestro, Betancourt pudo sentir en sus propias carnes la crueldad de sus secuestradores. "Su comportamiento era tan monstruoso que hasta ellos estaban distustados", afirma. De sus palabras se desprende un sentimiento pesimista sobre la condición humana. "Todos tenemos un animal en nuestro interior. Es de lo que realmente estamos hechos y por eso podemos ser tan horribles con los demás".

La ex candidata, de 46 años, todavía no se ve capaz para hablar en profundidad sobre su cautiverio, pese a la fortaleza mostrada ante las cámaras tras ser liberada por el ejército colombiano "Sólo ha pasado una semana y necesito tiempo", dice la colombiana. "No es fácil hablar de cosas que todavía duelen y puede que me duelan toda mi vida".

Compañía norteamericana
En la entrevista concedida a The New York Times, Betancourt habló acerca de los tres trabajadores estadounidenses del Pentágono que sufrieron un accidente de avión en Colombia en 2003 y fueron apresados por la guerrilla. "Sé que sufrieron condiciones muy duras". Los americanos se unieron a la ex candidata y a otros 11 rehenes colombianos. "Cuando llegaron, pudieron compartir algo que pensaban que sólo les estaba pasando a ellos. Compartieron la desesperación de contar los días".

Betancourt ha comentado también cómo los rehenes tratan de combatir la depresión de cualquier manera durante un secuestro. "Intentas mantener la dignidad encontrando el consuelo en las actividades diarias privadas como la meditación y el encuentro con Dios". Pero Betancourt considera que existe una parte positiva en hacer grupo con los demás rehenes, ya que "puedes ser la luz de los demás e insuflarte luz a tí mismo, pese a lo oscuro de la condición humana", afirma. Es lo que para ella significa ser "espiritual" y que considera algo "mágico".

Ayuda de Dios
Ingrid Betancourt se define durante la entrevista como una mujer religiosa, que mantiene una relación con Dios muy personal. "Yo le hablo y sé que él me responde". Afirma que los milagros existen, pese a que haya gente que los considere "coincidencias". "Yo creo que los milagros suceden constantemente y a todo el mundo".
Esa ayuda de Dios es la que, para la ex candidata, ha servido para soportar los seis años de cautiverio en mitad de la selva amazónica. "Hace seis días estaba encadenada a un árbol y ahora estoy libre", recuerda.

La colombiana, que también posee la nacionalidad francesa producto de su primer matrimonio, ve abierto un nuevo período en su vida y en la relación con sus hijos. "Para mí es como aterrizar con un paracaídas. Ellos tienen sus vidas, sus actividades diarias, y yo no tengo nada". Para Betancourt, lo importante ahora "es saber cómo voy a vivir a partir de ahora".

La ex candidata muestra su fortaleza al seguir concediendo entrevistas, pero sabe que todo esto que está ocurriendo tiene una doble dimensión. Asegura que quiere aprovechar su "fama" para ayudar a los más de 700 rehenes que continúan secuestrados, pero también es consciente de que necesita tiempo para sí misma. "Quiero pasar tiempo con mi familia y dedicarle espacio a mi propia vida".


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