Los habitantes comunistas celebraron el primero de mayo en el centro de Moscù. En toda Rusia centenares de trabajadores reclamaron por mejors salarios y pensiones.
Cerca de 3,000 personas tomaron parte en Paris en la tradicional marcha con los principales lìderes sindicales
Soldados cubanos miembros de la banda musical, en la plaza de la Revoluciòn, durante las celebraciones efectuadas con motivo del 1ro. de mayo.
TRABAJADORES EN TODO EL MUNDO PIDEN UNA MAYOR SEGURIDAD LABORAL Y SALARIOS DIGNOS
01/05/2007 Actualizada a las 19:23h
Redacción Central. (EFECOM).- Miles de trabajadores en todo el mundo celebraron el Primero de Mayo y pidieron en la calle una mayor seguridad laboral y salarios dignos, mientras 900 de ellos fueron detenidos en Estambul en una manifestación. La policía turca dispersó en Estambul una marcha de trabajadores y sindicalistas que terminó con la detención de alrededor 900 personas, cuando los manifestantes intentaban llegar a la plaza de Taksim, donde desde el golpe militar de 1980 están prohibidas todas las concentraciones políticas. Unos 1.500 manifestantes querían conmemorar el 30 aniversario de la matanza de 42 obreros en la celebración de la Fiesta del Trabajo de 1997, desafiando la prohibición oficial y el despliegue de más de 2.000 policías que les dispersaron. En España, el derrumbe de un edificio en la ciudad de Palencia que afectó a los actos de la celebración, la situación de conflicto por el cierre de la factoría de la multinacional Delphi en Cádiz y los recuerdos a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 protagonizaron la fiesta laboral. Las manifestaciones del Día Internacional del Trabajo cobraron este año un tono más político que sindical en Francia, a cinco días de la segunda ronda de las elecciones presidenciales, y en París muchos participantes llevaban pegatinas "Stop Sarko", en alusión al candidato conservador al Elíseo, Nicolas Sarkozy. En Berlín, la reivindicación de un salario mínimo unió a sindicatos y al cogubernamental Partido Socialdemócrata (SPD) en un Primero de Mayo marcado por el anuncio del descenso del desempleo en Alemania y por los disturbios entre radicales, que se han hecho habituales. Italia lo celebró expresando su preocupación por el elevado número de muertes en accidentes laborales, por cuyas víctimas se guardó un minuto de silencio en las manifestaciones celebradas en todo el país. En el Reino Unido, donde hace años que el Primero de Mayo dejó de ser festivo, varios colectivos, entre ellos la comunidad chilena, colombiana y peruana, convocaron una marcha con origen en la plaza de Trafalgar de Londres, en la que exigieron solidaridad con los trabajadores. En Bucarest, se organizó por primera vez después de la caída del comunismo una marcha con motivo del 1 de mayo, en una concentración que reunió a unos 10.000 militantes y simpatizantes del opositor Partido Social Demócrata (PSD) rumano. En Lisboa, los sindicatos portugueses denunciaron el creciente desempleo que afecta a los trabajadores del país, con una tasa cercana al ocho por ciento de la población activa. En Moscú, hasta 50.000 militantes de partidos y organizaciones de todo signo celebraron quince manifestaciones reivindicativas, y la más multitudinaria reunió a más de 20.000 personas bajo el lema "Por los derechos de los trabajadores, por una vida digna". Holanda eligió el Primero de Mayo como fecha de apertura de su mercado laboral a los trabajadores de ocho países del Este, que se adhirieron a la Unión Europea hace tres años. En Ginebra, la izquierda suiza celebró tímidamente el Primero de Mayo, una jornada que sólo es festiva en 8 de los 26 cantones del país, pero en la que miles de personas salieron a la calle para pedir más respeto y protección para los trabajadores. Mientras en Europa se produjeron grandes manifestaciones, en el Sudeste Asiático el Día del Trabajo se conmemoró con marchas más simbólicas que numerosas, mientras los gobiernos optaron por resaltar sus logros. Así, en Manila y otras ciudades de Filipinas, las manifestaciones de los trabajadores contra la pobreza contrastaron con las declaraciones triunfalistas de la presidenta del país, Gloria Macapagal, quien destacó la creación de cinco millones de puestos de trabajo desde el comienzo de su legislatura. En Bangkok, siete meses después de que los militares tailandeses dieran un golpe de Estado, los sindicatos de las empresas públicas entregaron al Gobierno una carta donde reclaman mejoras laborales. En la India, esta festividad -que no se celebra en el país- ha coincidido con el anuncio del Gobierno de impulsar una ley que proteja a los 433 millones de trabajadores vinculados al "sector informal", en un país donde apenas existe legislación que proteja a los trabajadores y donde el despido es libre. Japón concentró las principales movilizaciones en su capital, Tokio, en las que participaron 42.000 personas. Cuando muchos trabajadores del mundo descansaban aprovechando la jornada, las tiendas y restaurantes de China abrían sus puertas mientras las autoridades buscan una nueva definición de "trabajador" que encaje con los cambios que vive el país. En Túnez, la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) pidió a los trabajadores que apoyen las reformas liberalizadoras del Gobierno, mientras que su presidente, Zoine el Abidín Bel Alí, anunciaba mejoras del salario mínimo. En la Franja de Gaza y en Cisjordania el desempleo afecta a más del 43 por ciento de la población activa, según el líder de la Unión de Trabajadores Palestinos, Shaher Saed, quien lamentó que los palestinos no pueden celebrar el Día del Trabajo porque se encuentran "bajo el cerco" israelí.
01/05/2007 Actualizada a las 19:23h
Redacción Central. (EFECOM).- Miles de trabajadores en todo el mundo celebraron el Primero de Mayo y pidieron en la calle una mayor seguridad laboral y salarios dignos, mientras 900 de ellos fueron detenidos en Estambul en una manifestación. La policía turca dispersó en Estambul una marcha de trabajadores y sindicalistas que terminó con la detención de alrededor 900 personas, cuando los manifestantes intentaban llegar a la plaza de Taksim, donde desde el golpe militar de 1980 están prohibidas todas las concentraciones políticas. Unos 1.500 manifestantes querían conmemorar el 30 aniversario de la matanza de 42 obreros en la celebración de la Fiesta del Trabajo de 1997, desafiando la prohibición oficial y el despliegue de más de 2.000 policías que les dispersaron. En España, el derrumbe de un edificio en la ciudad de Palencia que afectó a los actos de la celebración, la situación de conflicto por el cierre de la factoría de la multinacional Delphi en Cádiz y los recuerdos a las víctimas de los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 protagonizaron la fiesta laboral. Las manifestaciones del Día Internacional del Trabajo cobraron este año un tono más político que sindical en Francia, a cinco días de la segunda ronda de las elecciones presidenciales, y en París muchos participantes llevaban pegatinas "Stop Sarko", en alusión al candidato conservador al Elíseo, Nicolas Sarkozy. En Berlín, la reivindicación de un salario mínimo unió a sindicatos y al cogubernamental Partido Socialdemócrata (SPD) en un Primero de Mayo marcado por el anuncio del descenso del desempleo en Alemania y por los disturbios entre radicales, que se han hecho habituales. Italia lo celebró expresando su preocupación por el elevado número de muertes en accidentes laborales, por cuyas víctimas se guardó un minuto de silencio en las manifestaciones celebradas en todo el país. En el Reino Unido, donde hace años que el Primero de Mayo dejó de ser festivo, varios colectivos, entre ellos la comunidad chilena, colombiana y peruana, convocaron una marcha con origen en la plaza de Trafalgar de Londres, en la que exigieron solidaridad con los trabajadores. En Bucarest, se organizó por primera vez después de la caída del comunismo una marcha con motivo del 1 de mayo, en una concentración que reunió a unos 10.000 militantes y simpatizantes del opositor Partido Social Demócrata (PSD) rumano. En Lisboa, los sindicatos portugueses denunciaron el creciente desempleo que afecta a los trabajadores del país, con una tasa cercana al ocho por ciento de la población activa. En Moscú, hasta 50.000 militantes de partidos y organizaciones de todo signo celebraron quince manifestaciones reivindicativas, y la más multitudinaria reunió a más de 20.000 personas bajo el lema "Por los derechos de los trabajadores, por una vida digna". Holanda eligió el Primero de Mayo como fecha de apertura de su mercado laboral a los trabajadores de ocho países del Este, que se adhirieron a la Unión Europea hace tres años. En Ginebra, la izquierda suiza celebró tímidamente el Primero de Mayo, una jornada que sólo es festiva en 8 de los 26 cantones del país, pero en la que miles de personas salieron a la calle para pedir más respeto y protección para los trabajadores. Mientras en Europa se produjeron grandes manifestaciones, en el Sudeste Asiático el Día del Trabajo se conmemoró con marchas más simbólicas que numerosas, mientras los gobiernos optaron por resaltar sus logros. Así, en Manila y otras ciudades de Filipinas, las manifestaciones de los trabajadores contra la pobreza contrastaron con las declaraciones triunfalistas de la presidenta del país, Gloria Macapagal, quien destacó la creación de cinco millones de puestos de trabajo desde el comienzo de su legislatura. En Bangkok, siete meses después de que los militares tailandeses dieran un golpe de Estado, los sindicatos de las empresas públicas entregaron al Gobierno una carta donde reclaman mejoras laborales. En la India, esta festividad -que no se celebra en el país- ha coincidido con el anuncio del Gobierno de impulsar una ley que proteja a los 433 millones de trabajadores vinculados al "sector informal", en un país donde apenas existe legislación que proteja a los trabajadores y donde el despido es libre. Japón concentró las principales movilizaciones en su capital, Tokio, en las que participaron 42.000 personas. Cuando muchos trabajadores del mundo descansaban aprovechando la jornada, las tiendas y restaurantes de China abrían sus puertas mientras las autoridades buscan una nueva definición de "trabajador" que encaje con los cambios que vive el país. En Túnez, la Unión General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) pidió a los trabajadores que apoyen las reformas liberalizadoras del Gobierno, mientras que su presidente, Zoine el Abidín Bel Alí, anunciaba mejoras del salario mínimo. En la Franja de Gaza y en Cisjordania el desempleo afecta a más del 43 por ciento de la población activa, según el líder de la Unión de Trabajadores Palestinos, Shaher Saed, quien lamentó que los palestinos no pueden celebrar el Día del Trabajo porque se encuentran "bajo el cerco" israelí.
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