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OSCAR PIÑERO-(C.N.P.2.561)
- Un 8 de octubre de 1967, luego de largas campañas a favor de la revolución mundial, Ernesto Guevara de la Serna, mejor conocido como el “Che”, fue capturado en una quebrada de los Andes al sur de Bolivia, llamada “El Yuro, población de Higuera, como resultado de una emboscada que el ejército boliviano efectuó días antes (26 de Septiembre); como consecuencia algunos soldados del ejército revolucionario cayeron en el combate, el “Che” sin embargo, herido en una pierna, pudo soportar unos días más hasta su posterior captura.
Un soldado de nombre Félix Ramos, vestido en un uniforme del ejército boliviano, entró sin vacilaciones por la puerta donde el Che” estaba prisionero, su estampa de confianza estremecía las paredes de aquella escuela, la memoria de aquél soldado entrenado en Fort Braga, Estados Unidos, lugar donde se preparan golpes de Estado, contrainsurgencias, asesinatos, no estaba en sintonía con el momento histórico en que se encontraba, era lógico de pensar, pues simplemente era un viejo agente de la CIA, cuyo trabajo era asesinar la esperanza de los pueblos. Su aspecto no era de sobriedad, sino por el contrario con síntomas de estar bajo los efectos del alcohol.
“SERENESE, VAS A MATAR A UN HOMBRE” El terror se hacía presente ese 8 de octubre, (dícese que no fue la fecha de su inmolación, pues a las 11 y 30 de la noche de entonces fue cuando el General René Barrientos, conjuntamente con el alto mando militar boliviano, ordenaron la ejecución) y al día siguiente el Capitán Ramos una vez de frente, se acercaba firmemente acariciando su fusil norteamericano con gesto de triunfalismo, mientras el guerrillero heroico se desangraba producto de las heridas de bala que tenía en las piernas; en ese momento el “Che” pronunció algunas palabras, le pedía al soldado que le permitiese poner de pie, y así lo hizo, “se que vienes a matarme, serénate porque vas a matar un hombre”, dijo el “Che” con el poco tono de voz que le quedaba, tal gallardía hizo dudar un poco al soldado, quien segundos después consumía su misión disparándole dos ráfagas El “Che” cumplió su filosofía de vida hasta el último suspiro “prefiero morir de pie que vivir arrastrado”; muchas veces en situaciones adversas, pareciera que obligaran a arrodillar nuestra esperanza, nuestro mismo mejor destino y aún así cuando la soga nos llega al cuello, surgen de la nada ejemplos como el “Che”. “CHE” DE TODOS Guevara, el de “patria o muerte venceremos”, no el estático de las franelas y murales, Guevara el que escribió “guerra de guerrillas”, no el niño aventurero de las películas, Guevara el que dijo que “la revolución no se lleva en la boca, sino en el corazón para morir por ella”, no el de los discursos reformistas, debemos recordar al Guevara de la tricontinental, el guerrillero heroico, el que luchó contra el burocratismo, el incansable, el político, el padre, el esposo, el de la moral revolucionaria, ese el “Che” que renace en los puños ardientes de los latinoamericanos en cada amanecer.
“Si queremos expresar como aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¿Qué sean como el Che¡, si queremos decir como deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilaciones: ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che; discurso dado por Fidel Castro en la velada del comandante guerrillero. SU TRAVESIA Ernesto, quien nació en Argentina el 14 de junio de 1928, sufre su primer ataque de asma a los dos años, esta enfermedad la llevaría consigo en las montañas hasta el final de su vida; en diciembre de 1947 ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, para 1952 emprende su famoso viaje expedicionario por la situación de nuestro continente, viajando por Argentina, Chile, Perú, Colombia y Venezuela; este viaje y la pobreza que encontró, lo cambió para siempre.
En 1953, conoce a Antonio López, (participante del asalto al cuartel Moncada), en Guatemala, pero esta amistad no duraría mucho porque el gobierno de Jacobo Arbenz fue entonces derrocado, entonces parte hacía Mexico. En julio de 1953 conoce a Fidel Castro y se enlista como médico de la futura expedición del Gramma, parten el 25 de noviembre y el desembarco es efectuado el 2 de diciembre, cuando los rebeldes fueron sorprendidos por el ejército de Batista. El 5 de junio, el “Che” es nombrado jefe de la cuarta columna rebelde.
El lo. de Enero de 1959 triunfa la revolución cubana; luego el “Che” sería nombrado Ministro de Industrias, pero nunca se conformó con aceptar que la revolución cubana debía ser la única revolución latinoamericana, entonces se fue a luchar hasta Africa, combatió en El Congo y luego a Bolivia; en su estada fue publicada en Cuba lo que para muchos es su máxima obra: “La Tricontinental”, en ella expone la necesidad de hacer la revolución en los tres continentes oprimidos al estilo de Vietnam, desafiar al imperialismo y liberar los pueblos. El “Che” era un soñador, pero sobre todo era un luchador, poseedor de máximas herramientas marxistas de análisis, obrero, soldado y teórico, quien soñó como ningún otro que un mundo mejor es posible. Por eso, su obra quedará inmarcesible.
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